My new friend... Bang Christopher

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— ¡Realmente tienes que...! ¡Tienes que estarme jodiendo, Minho! —Jisung gritó, golpeando el suelo con su puño.

Se había caído de la cama de Minho, en la cual se encontraron originalmente hablando después de que el mayor llamase a su mejor amigo en busca de desahogar todo lo que tenía en su interior desde aquel infortunado suceso debido a la exagerada risa maniaca que no había cesado desde que Minho empezó a relatarle su primera charla con Christopher.

— ¡Demonios, Jisung, deja de reírte! —exclamó Minho, lanzándole una almohada en el rostro a su mejor amigo, frustrado, avergonzado y muy rojo— Me haces mucho peor.

El menor inhaló un par de veces antes de encontrar su voz.

— No creo que eso sea humanamente posible, Minho —confesó su mejor amigo, apoyando sus codos en el colchón de la cama, aún sentado en el piso— Es decir, lo primero que sale de tu boca la primera vez que hablas con una criatura inocente como Bang Christopher es: "¿Me dejas chupártela?" —las mejillas de Minho estaban ahora en un intenso tono carmesí— Sólo porque quedaste sorprendido por el enorme tamaño de su mini-Chris, no tan mini, según lo que me estás contando...No te da derecho de ser un indecente. Debiste invitarle a un café primero.

— ¡Jisung, ya basta! —gritó Minho, tirándose de espaldas en su cama, cubriendo su rostro con una almohada, ahogando un grito de frustración en ella. Tenía ganas de llorar debido a lo avergonzado que se encontró con Bang Christopher.

Demonios, después de haber soltado tal cosa, no se dio cuenta de la estupidez que había dicho hasta que el rostro entero del chico se volvió tan rojo como una manzana madura. El labio inferior le tembló, no pudo decir una palabra y Minho, en seguida, se dio cuenta de lo profundo que había metido la pata.

"L-lo siento... creo que debo irme".

Fue lo único que pudo articular el peliazul, quien se olvidó de inmediato de su ducha y salió corriendo con la ropa a medio poner, dejando a Minho con una disculpa en la boca y la vergüenza más enorme que había experimentado en su vida.

— Debo disculparme con él —balbuceó Minho, aún con el rostro enterrado en la almohada.

— ¿Hmm? —inquirió su mejor amigo, subiéndose en la cama y quitándole la almohada del rostro— ¿Qué has dicho?

— Que debo disculparme con él. No podré vivir en paz conmigo mismo si él sigue teniendo esa errónea impresión de mí, Jisung —dramatizó el pelinaranja, sentándose sobre sus pantorrillas y meneando a su amigo de los hombros— ¡Lo traumatice!

— Sí, eso me ha quedado bastante claro —ironizó su amigo, rodando los ojos— Pero créeme cuando te digo que Christopher va a estar ignorándote hasta en los almuerzos. Debe estar tanto o más avergonzado que tú.

— Por eso tú me ayudarás a atraparlo —canturreó Minho, sonriendo exageradamente.

— Si lo vamos a "atrapar", se va a asustar mucho más —analizó el menor, llevándose los dedos a la barbilla, con una expresión pensativa.

— ¡Jisuuung...! —lloriqueó el mayor, fingiendo llorar— Debes ayudarme... quiero disculparme con Bang... no puedo dejar las cosas así aunque me muera por tener ese gran pene entre mis manos. Quizá si me disculpo con él podemos ser amigos y me deje... me deje... oh, demonios, voy a tener una erección si sigo pensando en él.

— ¡Ew, Minho, eres asqueroso! —se queja Jisung, empujando a su mejor amigo hasta hacerlo caer al suelo— Pero te ayudaré sólo porque tú me ayudaste a pedirle una cita a Changbin antes de que fuéramos novios. Te la debo.

— ¡Eres el mejor amigo del mundo! —grita Minho, lanzándose a los brazos del menor.

— Vale, te ayudo, pero a cambio de una sola cosa —pide el menor, apartándose del abrazo.

𝒻𝒶𝓁𝑜𝒻𝒾𝓁𝒾𝒶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora