F-fuck, Christopher

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Jisung y Jeongin no tardaron absolutamente nada en empezar a murmurar cuando divisaron a Minho ingresando en la cafetería acompañado de, nada más y nada menos que Bang Christopher.

— ¿Qué mierda les pasa a ustedes dos? Parecen dos viejas chismosas —se queja Felix dirigiendo su mirada hacia sus dos amigos, quienes le miraron estupefactos y después, señalaron hacia donde Minho se encontraba acompañando a Christopher por algo para almorzar— Oh, miren, Minho está con el niño anaconda.

Jisung soltó una carcajada.

— ¿Le contaste a Felix? —inquirió Jeongin, mirando acusadoramente a Jisung.

— De hecho, fue Minho quien me contó. Estaba tan desesperado de que el niño anaconda lo perdonara, que nos contó a todos su... hermosa y romántica primera charla —respondió Felix con tranquilidad y sarcasmo. 

Jeongin estuvo a punto de regañarlo.

— Hola, chicos —saludó Minho, sonriendo con un poco de tensión. Sabía que sus amigos podían ser algo... extraños, y a él no le importaba, sólo que, esta vez, no quería asustar a Christopher— Eh... él es Bang Christopher. Va a ser nuestro amigo ahora.

Felix, Jisung y Jeongin se miraron entre sí con un poco de sorpresa.

— Yo soy Jisung, encantado de conocerte —saluda, estirando una mano hacia Christopher. El contrario le corresponde el saludo con timidez.

— Un gusto... —susurra, sonriendo.

— Mi nombre es Jeongin y tú... ¡eres una ternura! —Jeongin exclama, apretando una de las mejillas de Christopher. Este se queja por lo bajo, pero sonríe avergonzado.

— G-gracias...

— Soy Felix —murmura el último, sacudiendo levemente su mano. Asiente en forma de saludo— Así que... tú eres el niño anaco...

Las palabras de Felix fueron interrumpidas por las manos de Jeongin sobre su boca y las histéricas risas de Jisung.

— No le hagas caso a Felix, Christopher, no sabe lo que dice —le asegura el castaño al mayor, sonriendo tranquilizadoramente— Y dime, ¿Qué estudias?

Minho casi se muere de un infarto. Si no fuese por Jisung, Felix habría dicho algo verdaderamente estúpido e imprudente, lo que habría desencadenado un ataque de pánico en Christopher y de seguro habría salido huyendo.

Iba a ser un poco complicado que Christopher y sus amigos se llevasen bien, pero esos idiotas estaban advertidos: tenían que ayudarle a entrar en confianza con el peliazul para conseguir su objetivo o Minho se vería obligado a hacerles pasar vergüenza con sus novios, ya que ser el consejero de todos sus amigos y su cofre de secretos tenía ventajas con aroma a chantaje.

*ੈ༄✩‧*ੈ༄✩

— Ah... Mmh...

De nuevo Chris empujaba en su interior, más duro, más rápido. Oh, joder, podía sentir todas y cada una de las hinchadas venas sobresaltando y palpitando por la carne caliente... o al menos, eso era lo que se imaginaba.

Minho no podía entender porque, pero cada vez que pasaba más tiempo con Christopher, sus fantasías se volvían mejores. Más realistas, más deliciosas.

Movió su mano con más rapidez, buscando llegar lo más rápido posible. No tenía demasiado tiempo, pero no había podido evitarlo.

— M-mierda..., Chris... —susurró, intentando vanamente morder sus labios para acallar sus quejidos placenteros. Pero, en el fondo, se sentía insatisfecho. Aunque la potencia de su vibrador estaba al máximo y aunque se encontraba moviéndolo fervientemente adentro y afuera de su entrada, no se sentía del todo satisfecho.

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⏰ Última actualización: Jan 11, 2023 ⏰

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