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Todos los días tenía la misma rutina. Me levantaba a las tantas de la tarde, comía lo primero que veía y volvía a mi habitación, bueno, eso hasta que tuve que comenzar el primer año de preparatoria, mis padres me habían inscrito en la misma donde estaba mi hermana mayor, ya que según ellos tenía que ser igual de buena que ella, cosa que de alguna forma siempre me ha afectado, no quería ser como mi hermana, al menos no porque ellos lo quisieran.
A decir verdad desde que tengo memoria me han estado comparando con ella, con mucha suerte nunca me he llevado mal con mi hermana mayor, aunque aveces desearía pertenecer a cualquier otra familia, ya que me presionan demasiado para que sea una copia exacta o mejor que Kiyoko.

Estaba entrando a la preparatoria, llevaba asistiendo unos días, pertenecía a la clase 1-4, una de las que están especializadas para ir a la universidad, ya que los que estamos en aquellas clases somos los que tienen notas más altas

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Estaba entrando a la preparatoria, llevaba asistiendo unos días, pertenecía a la clase 1-4, una de las que están especializadas para ir a la universidad, ya que los que estamos en aquellas clases somos los que tienen notas más altas. Ciertamente no me llevo muy bien con mis compañeros, aunque puedo relacionarme sin problemas cuando debo de hacerlo, quizás con quien mejor me llevo es con Misaki, una chica de mi clase, normalmente nos sentamos juntas en la mayoría de clases.

— ¡____! Te esperaba esperando. -Me saludó Misaki.

— Buenos días, ¿Cómo te ha ido el fin de semana?

— Sinceramente estoy algo cansada, he tenido que hacer prácticas extras para poder dar lo mejor en la cancha. —Mi quizás amiga pertenecía al club femenino de voleibol de nuestra preparatoria, aunque casi siempre estaba en el banquillo, ya que no era titular.

— Oh, algún día lo conseguirás, ¡confío en ti!

Esta simplemente me dedicó una amplia sonrisa mientras me revolvía felizmente el pelo, era algo más alta que yo.

— Si tú confías en mí daré mi mejor esfuerzo para que puedas verme brillar. — Dijo haciendo el símbolo de paz mientras me miraba decidida a cumplir lo que acababa de decir.

— Claro que sí, vamos a nuestro sitio.

Realmente no éramos tan cercanas, pero eso posiblemente cambiaría a lo largo del año.
Al poco rato de sentarnos a charlar tranquilamente sobre como Misaki tuvo que practicar en una pared porque todas sus compañeras estaban ocupadas resolviendo asuntos del club, estudiando o cosas similares, se escuchó una silla rayar el suelo, por acto reflejo me giré hacia donde se había originado el desagradable ruido.

— Deberías de levantar la silla para la próxima. —Levanté mi mirada para mirar al rubio, siempre me miraba con un semblante arrogante, cosa que algunas veces me molestaba, me hacía sentir inferior.

— Perdona, señora perfección. — Respondió mirándome a los ojos como siempre lo hacía.

— Me tienes harta con esa mirada de arrogancia. — Me levanté de mi asiento para empezar lo que podría ser una estúpida e inútil discusión.

— ¡Basta! Déjalo ya, ____, no merece la pena pelear con él. — Misaki me había jalado del brazo intentando calmarme.

— Eres un imbécil actuando así, te creía más maduro, Tsukishima. — Dije para girarme a ver a mi compañera. — ¿Ves? No voy a discutir con él, de todas maneras perdería. — Le susurré para que sólo ella pudiera escucharme.

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⏰ Última actualización: Sep 10, 2022 ⏰

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𝕯𝖊𝖘𝖉𝖊 𝖑𝖆𝖘 𝖌𝖗𝖆𝖉𝖆𝖘 ━♡ 𝘆. 𝘁𝗮𝗱𝗮𝘀𝗵𝗶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora