One-Shots Caché.

Estrella fugaz

En nuestro desenlace tu siempre fallabas y yo me quedaba en la nada.

D.

Me senté de golpe en el inodoro con mi mundo dando vueltas, afuera se escuchaba la música de fondo a todo volumen, la discoteca estaba repleta.

Me sentía mareada y con calor, pero de pronto unas terribles ganas de llorar me invadieron sintiendo los recuerdos cómo una bofetada, efectos del alcohol suponía.

Respiré hondo muchas veces conteniendo mis lágrimas, saqué mi teléfono y encendí la pantalla, me dirigí a su chat y miré su último mensaje.

“Ojala un día me perdones por haberte fallado”

Con rabia y perdiendo mi dignidad tecleé una respuesta después de tantos días.

“Maldita mentirosa”

“Te odio por hacerme sentir”

Terminé de escribir. Pude ver el característico “en línea” en la pantalla más el visto marcarse, pero su respuesta nunca llegó.

Aquello me destruyó más. ¿Por qué no luchaba por mi?

Quería odiarla tanto, pero no podía, en vez de eso solo sentía ganas de buscarla y decirle cuánto la extrañaba, la anhelaba tanto que estaba dispuesta a perdonar su falta con tal de que me amara solo a mi.

Que me mirara solo a mi.

Que me tocará solo a mi y no a otras.

Que me amara cómo yo a ella.

Pero mi orgullo no lo permitía, ella me había puesto el jodido cuerno, no podía perdonar una infidelidad.

Sería una falta de dignidad hacia mi persona, eso demostraría cuan tonta y enamorada me tenía que sería capaz de perdonarle esos atropellos.

¿Por qué lo hizo?

¿El alcohol era excusa para que ella me fuera infiel con esa chica?

¿No era suficiente lo que le daba?

¡¿Por qué?! ¡Era una buena novia, maldita sea!

Sin darme cuenta grandes lágrimas bajaban por mis mejillas. Otra vez estaba llorando por mi ex. Genial.

— ¡¿Calle?!— Escuché una voz varonil en el baño.

Limpié mis lágrimas y abrí la puerta del baño saliendo del cubículo, pude ver la espalda de mi mejor amigo, Ethan. Él me había traído a la fiesta, para según él despejarme.

A pesar de haberle contado mi desastrosa experiencia en el amor, él no me había dicho nada solo me daba apoyo. Aunque sabía que él estaba enamorado de mí en secreto.

Me lo había dicho, justo cuando estaba en mi relación, pero lo rechacé y él lo entendió. Me pregunto que hubiera pasado si lo hubiera aceptado cómo mi novio.

No era de mal ver, era alto, fornido, moreno, cabello negro y labios rosas, era muy caballeroso y siempre me respetaba.

— ¿Ocurre algo?— Inquirió Ethan preocupado, tomando mi rostro entre sus manos.

— Eres lindo.— Solté con una risita atropellada.

Ethan sonrió, podía verlo ebrio también, sus ojos rojos y dilatados lo demostraban, además de que su aliento olía a alcohol y una mezcla de menta.

— Cal...— Murmuró al sentir mi boca rozar la suya.

— ¿No te gusto, Ethan?— Musité viendo sus ojos negros.