Capítulo único

736 136 158
                                    

Kirishima siempre tuvo el anhelo de convertirse en una superestrella de rock o algo parecido, le encantaba tocar la guitarra (aunque debía mejorar en su canto). La música lo era todo para él, cada nota, cada acorde, cada pequeña melodía... Era suficiente para su mejorar su vida. O al menos eso pensaba hasta aquel día...

Resulta que no puedes vivir de música, a no ser que por mera casualidad te encuentres en la calle con algún cazatalentos, cosa que resultaba muy difícil para él, considerando que vivía en una zona regular... Con personas comunes y trabajadores que vivían de las ganancias del día. Sin mencionar que estudiar música era demasiado caro, y eso significaría un gasto innecesario en su familia.

Tenía cosas más importantes que hacer, antes de pensar en seguir sus sueños, una de ellas era trabajar para sostener a su madre y a su hermanita, ya que su padre los había abandonado hace mucho tiempo.

Kirishima comenzó a trabajar en la estación de servicio, desde que estaba en secundaria. Por suerte el dueño del lugar era amigo de la familia y lo dejó trabajar ahí desde los 15 años. Al inicio sólo era limpiar las estanterías, acomodar algunos snacks y cosas sencillas. Pero conforme fue creciendo, Eijiro anhelaba más y más, él quería atender la caja registradora y estar a cargo del lugar, tuvo que esperar tres años para que eso pudiera hacerse realidad.

—Muy bien Eijiro... Hoy oficialmente cumpliste 18 años —declaró el dueño de la tienda— Tú te lo ganaste hijo, mañana tu podrás estar a cargo en el turno nocturno, y manejarás la caja registradora —el hombre hizo un ademán como si se tratara de la coronación de algún príncipe y le entregó la gorra, que sólo usaba la persona de la caja registradora.

—No lo decepcionaré señor.

—Estoy seguro de que no lo harás.

La emoción del pelirrojo era tal, que comenzó a dar brincos de regreso a casa mientras tarareaba una canción, compuesta por él. Mañana sin duda sería un gran día, al fin después de tanto tiempo él estaría a cargo y no podía dejar que nada salga mal bajo su tutela.

.

.

.

—Entonces tu estarás a cargo esta noche —comentó su amigo y compañero de trabajo Denki, con un tono algo burlón— Dígame señor Kirishima, ¿Qué debo hacer para que no me despida?... O para que me aumente el sueldo.

—Deja de burlarte Kaminari, esto es algo serio, tengo el poder ahora... Por fin soy digno.

—Si, si, si, como digas príncipe heredero de la estación de servicio.

—Tu nunca lo entenderías.

Entre broma y broma, ambos muchachos llegaron a su lugar de trabajo, se despidieron de Sero y Todoroki, quienes estuvieron a cargo del turno diurno, y comenzaron a trabajar.

Eran apenas las seis de la tarde y no había mucho que hacer... los snacks ya estaban ordenados y los pisos trapeados, sólo faltaba esperar a los clientes.

—Que aburrido...— se quejó el rubio.

—Nunca había visto el lugar tan vacío.

—¿Qué te parece si jugamos algo?

—Oh no, Kaminari la última vez que jugué algo contigo, terminé en el techo de mi vecino ¡Por tres horas!

—Fue tu culpa, por patear mi balón del mundial edición limitada al techo.

—¡Pero nunca llegaste con la escalera!

—Eso fue porque me distraje con la serie que veía tu hermana en la tele, en todo caso sería su culpa. Pero eso ya quedó atrás, ahora jugaremos algo más tranquilo.

Beso robadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora