Capítulo 8

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Solo el hombre íntegro es capaz de reconocer sus faltas y de reconocer sus ... –Benjamin Franklin 

Pov: Alarik Clark

Los días iban pasando, y a pesar de que en un inicio pensé en volver a hablar con Killian, éste no parecía estar por la labor. Se encargaba de recordarme que si esta gente estaba en esta situación era por mí y que yo había hecho daño a mucha gente... era insoportable, de verdad que cada vez me enfada más, asique opté por ignorarlo esa fue mi gran decisión a pesar de que eso no le frenó en nada.

Quería pedir perdón, no sabía si yo era de verdad el culpable directamente de que esta gente estuviera aquí, pero sería mejor no hacerlo.

Después de caminar tres días, conseguimos llegar a una zona neutral y allí en una casa marcada por un símbolo de los rogues, decidimos pasar la noche cerca de un pueblo humano. Mientras todos se distribuían, me ofrecí a ir a por suministros, estaríamos aquí un par de días por los ancianos y los niños, para que pudieran descansar en condiciones y luego seguiríamos, era peligroso quedarse mucho.

No me esperaba que en el coche se subiera Killian, y en la parte de atrás Minea con Luka. No me dirigieron la palabra, simplemente mi mate encendió la radio y empezó a moverse al ritmo de la canción.

—Sois raros —Luka nos miraba a ambos y Minea le tapó la boca antes de que siguiera, yo le lancé una mirada por el retrovisor instando a que dijera lo que quería — Mis padres solían besuquearse y abrazarse pero vosotros no.

—Es complicado — pensé en dejarlo así pero Killian no estaba de acuerdo

—En verdad es muy simple, el conductor se fue sin despedirse y se fue a cazar rogues, cortando conmigo para casarse con otra alfa —frene el coche en seco, porque dudo que él se hubiera escuchado pero por la mirada de Minea, ella sí.

—¿Cazador de rogues? Será broma, deja que nos bajemos. - ella estaba entrando en pánico, su corazón se había acelerado e intentaba abrir la puerta que estaba con el seguro.

—Minea

—Tú gente está dando caza a la nuestra ...¿la alfa no será la del sur? —hice silencio, pero quien calla otorga y supongo que entendió quién era — Eres el alfa del norte, tú has matado a niños y vienes aquí y te aprovechas de la hospitalidad de gente a la que intentas matar.

—No entiendes nada, tú gente apenas entiende nada de lo que pasa, os preocupáis solo de vosotros.

—¿y quién se preocupó de nosotros? Nos dejáis a la intemperie y luego quieres que os salvemos el culo. Mi hermano y yo no hicimos nada, cuando nuestros padres murieron fui a una manada y dijeron que el delito de mi padre era mío.

— No sería en mi manada

—¡Qué coño importará la manada! Tú eres parte del problema.

—Intentó enmendar mis errores

—No, intentas sentirte mejor contigo mismo. Si quieres enmendar tu error te preocuparías de pedir perdón a los que están en la casa, dando la cara y haciéndote responsable de tus acciones.

—Claro y porque no le doy también una horca a ver si me cuelgan... Vives en un mundo de fantasía, madura.

—Madure hace cinco años, cuando tu gente me dejo sola en la calle con un hermano que sacar adelante, mientras tú dormías en un palacio siendo servido por gente que seguro consideras inferior. No tengo que madurar, tú tienes que abrir los ojos, o te vas a llevar una buena torta de la realidad.

Esta cabreada y nada más termina de decir eso, abre la puerta y saca a rastras a su hermano, cierra de golpe y se va camino a la casa. Arranco el vehículo y estacionó en el supermercado.

—¿Qué haces?

—Lo que he dicho que venía a hacer.

—No puedes volver es una locura

—Tal vez me lo merezco, es lo que llevas diciendo todo el puñetero camino.

—No digas esa palabra

—Puñetero. Puñetero, puñetero...

—No me fastidies Alarik, estoy cabreado de que vengas solo para darme más problemas.

— Entonces, te vendrá muy bien que me maten

Salgo del coche y Killian me sigue, cuando me giro tiene ya un carro en las manos y va balanceándose en él.  La imagen en cierta forma me hace gracia.

— Prueba o verdad — me acerco para hacer un último intento

— Alarik

—Solo una vez

— Verdad

—¿Todavía hay posibilidad?

— Es una pregunta incompleta, tal vez no la entiendo

—Quiero saber si tú y yo todavía podemos tener un final juntos

—Eso depende de ti 

—¿En qué sentido?

—Prueba o verdad

—Killian 

—Prueba o verdad

—Verdad 

—¿Cuántos niños mataste? —esa pregunta es difícil de contestar y no me esperaba que me pidiera un número exacto.

— Ninguno

— Si no admites lo que hiciste...

—No he matado a ninguno

—Paso de ti y todo esto y lo nuestro y todo...

Suelta el carro y lo lanza hacia delante golpeándome con él, se va al coche y espera allí en el asiento del copiloto hasta que vuelvo con la compra, nada me preparaba para aquello, la gente que estaba adentro...

Solo el hombre íntegro es capaz de reconocer sus faltas y de reconocer sus ERRORES –Benjamin Franklin 

Alfa implacable - PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora