CAPÍTULO 1

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–Espero que comprenda–.

–¡Claro! Comprendo, no se preocupe. –. Respondió. –De todas maneras, le agradezco mucho su tiempo–. Sin más que decir, Jongdae salió del edificio y se dispuso a caminar rumbo a su hogar. –Otra entrevista fallida–. Suspiró en derrota.

Jongdae no podía creer su mala suerte. ¿En verdad era tan difícil conseguir empleo? Si bien siempre supo que el mundo laboral era competitivo, jamás se imaginó que sería tanta la odisea. ¡Prácticamente era como tratar de superar el nivel del jefe en tu videojuego favorito!

–Soy un fracaso total, ¿Y ahora qué voy a hacer? –. No pudo dejar de pensar en su mala suerte. –¿Qué les diré a los chicos? –. Era el pensamiento que más le atormentaba, pues no quería continuar como arrimado. –Ni modo Jongdae, te tocará decirles que otra vez, no conseguiste empleo–. Se dijo a sí mismo por cada paso que daba. Pero durante todo el trayecto, intentó pensar en distintas maneras de evitar tener que decirles la verdad a sus amigos, o por lo menos excusas creíbles, pero nada se le ocurría.

Cuando introdujo la llave en la cerradura de la puerta, la abrió con cuidado, temiendo lo peor. Entró con cautela y haciendo el mínimo ruido, como si de un ladrón se tratara. Por un momento pensó que la casa estaba vacía, pero unas voces provenientes de la cocina le hicieron deshacerse de esa idea.

–¿Me estás oyendo inútil? –.

–¡Hiena del infierno! –.

¡Ugh! Espero no estén discutiendo otra vez–. Pensó Jongdae mientras rodaba los ojos, su día ya había sido bastante malo como para soportar los dramas de sus amigos. Sin ánimos de nada, intentó subir las escaleras a su habitación pasando desapercibido, pero sus amigos aparecieron en un dos por tres.

–¡Jongdae! ¡Estás aquí! ¿Qué tal te fue? –. Tao lo envolvió en un abrazo fuerte–. Cuéntanos todo–. Tao se separó del abrazo y lo miró expectante.

–Pues, no hay mucho que contar la verdad. Como era de esperarse, no me dieron el trabajo–. Respondió un desganado Jongdae.

–¿Qué? ¿Pero por qué? –. Un confundido Yifan preguntó mientras se acercaba a ellos, vistiendo un delantal y unos guantes de cocina.

–Pues me dijeron lo mismo de siempre, que no tengo la experiencia ni estudios suficientes para el trabajo–. Jongdae hablaba con demasiada naturalidad, algo que asombraba a la pareja, puesto que ellos sabían lo importante y frustrante que era la situación para Jongdae.

–Eso no tiene sentido–. Tao estaba frustrado e indignado. –Además ¿Cómo esperan que uno obtenga experiencia si no la brindan? –. Preguntó Yifan, confundido, pero sin ocultar su leve enojo.

–Pues no sé, lo único que tengo claro es que soy un inútil–. Resopló Jongdae, sentándose en el sofá para cubrirse el rostro, en señal de frustración. –Quizás ya debería rendirme, pero no puedo, siento que se los debo–.

–A ver, en primer lugar, no debes rendirte, estoy seguro que pronto encontrarás trabajo, no tengo dudas–. Tao le guiñó el ojo mientras le daba una leve caricia en la espalda. –Además, sabes que cuentas con nuestro apoyo–.

–Exactamente, además ¿Por qué dices que nos lo debes? –. Preguntó Yifan.

–Pues porque no quiero ser una carga para ustedes, ni tampoco un arrimado–. Suspiró mirándolos con desgano. –Yo tengo que aportar en algo, no puedo quedarme aquí como un mantenido. Además, debo ganar dinero por mi cuenta, sentirme útil y lograr algo en la vida–.

Una vez dicho eso Yifan y Tao se miraron, entendiendo a lo que Jongdae se referí. Aunque ellos nunca le reclamaron por su situación y siempre le brindaron apoyo, también entendían lo que sentía.

–Dae, escúchame–. Tao lo tomó del rostro. –Quiero que sepas que nosotros te queremos mucho y siempre te apoyaremos. No eres ninguna carga para nosotros, pero también entendemos lo que estás sintiendo. Lo único que puedo decirte es que no te rindas ni te presiones. Quizás la oportunidad que estás buscando no tarde en aparecer–.

–No porque unos cuantos trabajos no te resultaron significa que tirarás todo por la borda ¿O sí? –. Yifan lo miró desafiante. –¿Qué tal si te ayudamos? –. Sugirió.

–Mmm, no sé si eso sea buena idea cariño–. Tao lo interrumpió. –¿Recuerdas la última vez que le sugeriste un trabajo a Jongdae? –. Lo miró, esperando que Yifan recordara aquel suceso.

Yifan rodó los ojos. –Pff, pero si era un buen trabajo, sólo tenía que disfrazarse y entregar volantes, tan simple como eso–. Alzó los hombros en señal de que lo que decía, era lo más obvio del mundo.

–Si hubiese sido así, no tendría nada de malo, pero literal los niños me agarraron de su puerquito y me patearon pensando que era un balón de verdad–. Jongdae lo fulminó con la mirada, recordando la experiencia. –Está bien que mi trabajo era anunciar la inauguración del campo de fútbol, pero tampoco era para que se lo tomaran tan literal–.

–Está bien, está bien–. Yifan alzó las manos en son de paz. – Lo que quiero decir, es que no te preocupes por nada, deja que nosotros te ayudemos–. Propuso.

–Mejor hablemos de eso más tarde, ahorita quiero olvidarme de eso ¿Sí? –. Preguntó Jongdae.

–Está bien, mejor ve a cambiarte y lavarte las manos para que comas, debes estar hambriento–. Comentó Tao.

–De acuerdo, ¡Muero de hambre! –. Jongdae estaba a punto de irse cuando recordó algo. –Por cierto ¿Por qué estaban peleando? Cuando entré los escuché decirse cosas como "inútil" y "hiena del infierno" o algo así–.

–¡Ahh! No, tranquilo–. Tao sonrió–. Sólo estábamos cantando mientras cocinábamos el almuerzo, así nos inspiramos–.

–¿Y qué clase de música es esa? ¿Qué tiene de inspirador? –. Preguntó Jongdae.

–¡Oye! No hables mal de Paquita la del Barrio–. Yifan lo acusó con la mirada–. Además, Tao y yo no peleamos, así como para que pienses que éramos nosotros, de hecho, ni siquiera peleamos–.

– Sí lo hacen. –Jongdae se cruzó de brazos. –Y lo peor no es sólo que cuando pelean, son por tonterías, sino que, además, al que le toca aguantar sus dramas es a mí–. Resopló.

–Ay, eso no es verdad y ¿sabes qué? mejor olvida eso y vete a cambiar ¿Ok? Nosotros acomodaremos la mesa–. Yifan lo empujó levemente hacia donde se encontraban las escaleras que conducían a las recámaras.

Una vez que estuvieron solos, Yifan se acercó a Tao. –Oye, en verdad me preocupa la situación de Jongdae, ¿No crees que debemos hacer algo? –. Preguntó mientras acomodaba los cubiertos en la mesa. –No me gusta verlo así tan derrotado y temo que se llegue a deprimir–.

–¡Claro que debemos hacer algo! ¿Pero cómo? –. Preguntó con inquietud. Querían ayudar a su amigo, pero sinceramente no se les ocurría ninguna idea. Una vez que escucharon los pasos de Jongdae, decidieron dejar el tema atrás y hablar de otras cosas, para subirle el ánimo a Jongdae. 

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¡Hola! ¡Espero se encuentre bien! hehehe <3 Aquí les traigo una nueva historia, que originalmente debía ser publicada antes pero por motivos de tiempo y como estuve muy ajetreada, no pude. Pero espero la disfruten. Como toda amante del cliché, esta historia es sobre amor entre Jefe y Secretario jsjs, participante del Fest de Novelas <3 Espero le den mucho apoyo y prometo actualizar más seguido. 🌸

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⏰ Última actualización: Sep 09, 2022 ⏰

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¿Secretario Yo? - ChenMin/XiuChen ❤︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora