¿Que mierda paso?

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Kirishima y Katsuki corrían, alcanzando la casa principal, invadiendo el territorio enemigo. Entre una variedad de autos, se autorizó a los demás a esconderse mientras ellos ganaban tiempo.

Kirishima llevaba a su agotado amigo, quien sangraba profusamente y estaba al borde del desmayo. No tenían otra opción.

- Bakubro, necesitamos huir. Vamos a mi vieja avioneta.
- Esa cosa apenas arranca, no llegaremos. Mejor lárgate y déjame enfrentar mi destino.
- Bro, no digas eso. Solo tienes 23, no seas aguafiestas. Vamos, no importa a dónde, nos vamos juntos. Podemos viajar a cualquier lugar.
- Maldición, casi nos atrapan. Vámonos rápido.

Mientras los perseguían, Kirishima destapó una sábana revelando su querida "Lucí", la avioneta heredada de su padre.

Tomando a Katsuki en brazos, como una princesa, entraron y despegaron. Al principio, Kirishima luchaba con los fuertes vientos en el cielo.

Todo iba bien hasta que un estruendo resonó, sintiendo el verdadero terror.

El alerón derecho se despedazó; aunque tenían uno de repuesto, la estabilidad en el cielo se desvaneció.

Cayeron en picado, pero por suerte no murieron carbonizados. Todos los aparatos se desactivaron, dejando a dos jóvenes preocupados.

- Kirishima, por favor, dime que sabes pilotar esto.
- Claro... solo presiona este botón rojo, este verde o ¿era el amarillo?
- Joder, Pelos de incendio, no es momento de ser inútil. Apúrate, estamos perdiendo altura.

Comenzaron las turbulencias, la avioneta caía con un sonido desesperante. Kirishima intentó mejorar la situación, pero las hélices y el timón fallaron. Después de muchos kilómetros, no podían hacer nada, excepto un paracaídas.

- Póntelo, Pelos de incendio, úsalo y llévame contigo.
- Está bien, Bro...
- A la una, dos...

Boom, explotó el otro estabilizador, esta vez en picada. Solo Kirishima saltó, dejando a Katsuki atrás.

Kirishima cayó y, agotado, se desmayó.

Bakugou quedó inmóvil, paralizado. Cerró los ojos al sentir la presión volverse extraña, asfixiándose y mareándose. Sus oídos pitaban y perdió el conocimiento.

Al despertar, se sentía cómodo, la pierna dolía menos. Percibió un aroma a menta y café. Estaba en una cama de roble blanco, con un diseño floral. Una ventana abierta dejaba entrar el viento fresco. Miró a su alrededor, confundido.

¿No estoy muerto? ¿Dónde estoy? ¿No se supone que la avioneta cayó? ¿Estaré retenido? Este lugar es tranquilo. ¿Una cárcel?

Bakugou se levantó y notó barrotes en la ventana. Afuera, dos molinos de viento y un campo de tulipanes impresionante. Izuku Midoriya, un Omega hermoso, se acercó preocupado. Bakugou intentó comunicarse, pero el idioma era desconocido.

- ¿Estás bien? -preguntó Izuku señalando la pierna de Bakugou, que sangraba.

Bakugou no entendió. Izuku intentó en otro idioma, pero Bakugou solo captó su nombre.

- Mi chiamo Bakugou Katsuki. -dijo, confirmando su identidad.

- Lieto di conoscerti? -preguntó Izuku tímidamente.

Bakugou sonrió, agradecido. Izuku curó su pierna y Bakugou se maravilló con su apariencia.

- Grazie. -agradeció Bakugou.

- Graag gedaan. -respondió Izuku.

Bakugou notó la comida en la cama y señaló su boca y la comida. Izuku asintió y le dio de comer. Bakugou, intrigado, planeó aprender el idioma y cortejar a Izuku, pero también pensó en la venganza.

Continuará...


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Bakugou No Sabe Que DicesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora