Siempre hay alguien que lo jode todo

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Desde hace mucho he perdido el control de mis lágrimas, me acostumbre a tenerlas siempre en mis ojos. Incluso, una vez me pregunte si en algún momento dejaré de botar tantas...

Pero supongo que se trata de tiempo, y por supuesto trabajar más en aquello que me hace tanto daño y me destruye como si de un martillo encima de mi cabeza se tratara.

Hace ocho meses  conocí a dos personas totalmente distintas, personas que le dieron un cambio a mi vida, claro cada uno fue diferente y uno fue bueno y el otro malo.

Pero, durante días he tenido el pensamiento o quizás el sentimiento de que, todo pasa por algo, y que siempre pasa cuando tiene que pasar. Pero a pesar de que lo pensé, sigo sin encontrarle el sentido a la frase.

Hace ocho meses trabajaba en una cafetería, ahí conocí al que creí mi primer amor, si, creí porque después me di cuenta que en realidad solo era un capricho de mi parte, era algo que se basaba en cosas comunes, cómo salir a un lujoso restaurante e ir a partidos de fútbol... Porque, a mi novio de ese momento le encantaba, y como buena novia que solía ser... Nunca le llegue a decir que no, siempre acepte todo lo que el que quería que hiciéramos, en ese momento no me percate de que, todo lo que hacíamos se trataba de el, y de sus gustos.

Nunca me tomo en cuenta, osea nunca me preguntó que quería hacer yo. Cómo fue mi primer novio, pensé o quizás sentí que lo quería, quizás si fue así pero no fue algo tan fuerte, solo fue un amor de momento.

A veces no tenía tanto tiempo para salir con el, por mi trabajo, no lo podía dejar botado era con eso que pagaba mis cosas.

Eso el nunca lo entendió o quizás nunca lo quiso entender, siempre se enojaba cuando le decía que no podía acompañarlo porque tenía que trabajar. Recuerdo muy claro cuando me decía esas palabras que tanto daño me hicieron en el momento.

"No sé porque estoy contigo, no me das la atención que yo me merezco" después que me dijo eso, se fue de mi casa y estuvo una semana sin hablarme.

Esa semana me sirvió de mucho para darme cuenta de muchas cosas que no veía, cosas de las que no me daba cuenta por falta de tiempo, el tiempo que necesitamos todos para estar solos y pensar en lo que queremos y no queremos en nuestras vidas.
Durante esa semana, caminaba todas las noches por una calle larga y como estábamos en otoño, disfrutaba del pequeño ruido que hacían las hojas al moverse por el viento, pasaba horas abajo de un árbol admirando el color de las hojas... Recuerdo que se sentía tan bien... Tan tranquilo.
En esas caminatas nocturnas, conocí a esa casualidad o regalo de la vida más lindo, que pude haber tenido.

Recuerdo todo como si hubiese Sido ayer, recuerdo que ese chico atractivo y atento, lloraba pero, lloraba con mucha intensidad como si algo se le estuviera rompiendo por dentro, cuando lo ví, estaba sentado en una banca.

Pero no me acerque, conozco mucho sobre ese tipo de situaciones y se que cuando estamos pasando por esa etapa, solo queremos estar solo y por nada del mundo nos apetece a hablar.

Pero al otro día tuve la suerte de verlo, ya no estaba llorando solo caminaba con la cabeza baja, fue como ver a un alma en pena.

Al final termine acercándome a el, hablabamos mucho, me contó un poco sobre el porque lloraba ese día. Si, le pregunté porque la curiosidad me estaba matando.
Pasaron semanas, todos los días hablábamos a veces el iba a la cafetería y se tomaba un café conmigo mientras la hora del almuerzo, siempre quedábamos para vernos en las noches y caminar por esa larga calle... Lo disfrutaba mucho, porque sentía que por primera vez alguien me escuchaba, me sentía muy bien cuando lo tenía cerca, me sentía especial, sentía que era única en mi especie y que enserio soy alguien increíble... Todo eso junto me lo hizo sentir, todas esas emociones juntas me hizo sentir al mismo tiempo.

Mi novio y yo hablábamos muy poco, ya que cuando estaba libre en realidad le decía que había tomado doble turno, pero era mentira solo quería estar con el atractivo chico... Y no con el, con solo su mención me disgustaba ya ni lo quería ver, teníamos semanas sin vernos... Siempre me enviaba los típicos mensajes como, "no sé porque estoy contigo" o "No creo que seas lo que me merezco" nunca entendí con que fin hacía eso, pero creo que era con la intención de lastimarme... Pero, cómo estaba en mi mejor momento, el momento en el que uno se da cuenta para que sirve y de que si se puede llegar hacer especial para alguien.

Pero ya no quería seguir teniendo el tormento de su presencia en mi vida, ya no la necesitaba y cada día que pasaba siendo mi novio, me estresaba esa idea hasta que decidí armarme de fuerzas y cortar la relación, cuando me decidí hacerlo lo cité a un parque, su reacción fue justamente lo que esperaba, que se pusiera como un loco.

En ese momento me dijo que, yo no era nadie como para terminar la relación y que el único que tenía derecho de hacerlo era el, no yo.
Eso me enfureció, le grite que ya no quería estar con el, y que la relación estaba terminada punto. Cuando le dije eso, me fui y lo deje hablando solo, grito un poco de palabras que no me apetecían escuchar. 

El chico atractivo, ese día fue a mi casa y me llevo helado... Me hizo olvidar en cuestión de segundos todo lo que había pasado ese mismo día, vimos una película y me contó su primera experiencia dando un beso, recuerdo que me rei mucho porque fue muy chistoso lo que decía, su manera de reírse era única me contagiaba la risa de manera peculiar no podía parar de reírme, y me tomo el atrevimiento de decir, que por primera vez me sentí muy bien al estar a lado de una persona, me sentía feliz. Muy feliz, demasiado.

A los días de ese suceso, cada vez que salía de mi casa sentía que estaba en peligro, sentía que algo me perseguia y que ese algo no era bueno.
Pero nunca deje que ese pensamiento me ganará, siempre fui más fuerte y trataba de pensar en el chico atractivo, es que, ya estaba súper coladisima por el. Ese día recibí un mensaje del teléfono del chico atractivo, decía que nos viéramos esa misma noche en el parque.
Yo le respondí con un si.
Cuando llegue, mi mandíbula llegó al piso.

Mis corazón se aceleró de manera desenfrenada, mi pulso se aceleró y empecé a sudar frío.

Mi ex novio tenía un arma, y esa arma estaba en la cabeza de mi chico atractivo... Los mire a los dos, y mi ex me dijo.
"Ven acércate pequeña" yo tenía tanto miedo, que ni las piernas me reaccionaban. Pero, le hice caso estuve a su lado y fue cuando dijo las reglas del juego.
"Si no quieres que tú nuevo noviecito muera, entonces vuelve conmigo y vámonos del continente, te volverás mi esposa y tendremos tres hijos."

Me aterraba esa idea, lo mire con miedo y rabia.
El chico atractivo no podía hablar porque tenía la boca tapada con cinta adhesiva, pero si escucho y solo con la mirada me suplicaba que no lo hiciera.

"Espero tu respuesta" dijo mi ex.

"Yo no iré contigo a ninguna parte" dije, con mucho temor en mi voz.

"Entonces tú noviecito se muere"

Lo dijo tan rápido, que no me di cuenta del momento en el que presiono el gatillo para arrebartarme mis ganas de vivir. Pero reaccioné igual de rápido que el, le quite el arme y le dispare en el cuello, brazos y cabeza. Fueron cinco tiros en total por el alrededor de su cuerpo. Y hasta el sol de hoy, no me arrepiento de haberlo hecho, pero si me arrepiento de haberlo conocido.

Pero no me arrepiento de mi amor de otoño.

The End.

 𝐹𝑟𝑎𝑔𝑚𝑒𝑛𝑡𝑜𝑠 ♡︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora