Chisme | Kakaino

Parte 4

Kakashi caminó por las calles oscuras de Konoha, sus largas zancadas mucho más apresuradas de lo habitual.

¡Estupido estupido estupido! ¿Cómo pudo haberse dejado desmoronar así? Era un shinobi endurecido, experimentado y hábil, y sin embargo, eso no parecía detenerlo de desear a una adolescente.

Su cabeza plateada se inclinó, mirando sus propios pies mientras regresaba a su apartamento. Sí, HABÍA estado deseando por ella, por mucho que odiara admitirlo. Demonios, él había estado listo para levantar esa falda morada de ella y follarla en el acto. Kakashi no sabía qué le había pasado. Un minuto, estaba furioso, enojado porque ella tuvo el descaro de difundir rumores y luego burlarse de él y al siguiente, no podía pensar en nada más que saborearla, tocarla, hacer que se tragara las palabras que había dicho mientras gemía su nombre.

La única explicación que se le ocurrió para su comportamiento es que había querido probar que sus teorías estaban equivocadas y se había dejado llevar. Era un hombre de sangre caliente después de todo, un hombre que no se había acostado con una mujer en mucho tiempo y estaba ansioso por sentir la carne femenina bajo sus dedos una vez más. Sin embargo, no importaba lo desesperado que estuviera, no dejaría que esa carne fuera de Ino.

Si Sakura se enterara, probablemente estaría furiosa. Los dos habían sido amigos desde la infancia y, aunque escuchó que su relación había sido difícil por un tiempo debido a Sasuke, se habían acercado mucho desde que Ino pidió capacitación médica.

Probablemente nunca lo perdonaría por engañar a su amiga, incluso si Ino no era exactamente inocente. La rubia SÍ leyó Icha Icha después de todo.
Ese pensamiento dio paso a otro. ¿Qué tan experimentada ERA la kunoichi vestida de púrpura? ¿A cuántos hombres se les había dado el privilegio de tocar esa piel sedosa, de ver ese cuerpo en su totalidad?

Kakashi gruñó y empujó la imagen de su mente. La tienda de campaña en sus pantalones que finalmente había comenzado a hundirse estaba de vuelta con fuerza gracias a su imaginación hiperactiva. Esto no podía continuar. Tenía que dejar de pensar en Ino de esa manera. Hasta esta noche, él la había visto como nada más que una chica molesta y chismosa que casualmente compartía su profesión, y así es como la vería la próxima vez que la viera, nada más, nada menos. Las cosas volverían a ser como antes y todas estas tonterías pasarían.

Sin embargo, cuando Kakashi llegó a su puerta, tuvo una sensación de hundimiento en la boca del estómago cuando se dio cuenta de que no importaba cuánto intentara razonar lo que había sucedido, eso no cambiaba el hecho de que todavía podía saborearla. sus labios, o que deseaba desesperadamente más, a pesar de lo que decía su lado lógico.

El Ninja Copia entró en su casa y se sacó la camisa por la cabeza, arrojándola a una esquina. Iba directamente a la cama y con suerte el sueño lo llevaría a un lugar donde no tendría que ver, oír, oler, saborear o incluso pensar en el sexo opuesto.

...

Ino estaba distraída y lo sabía, pero no podía concentrarse. Desde que Sakura la había encontrado en el pasillo, había estado actuando como un caso espacial. Afortunadamente, la historia de Kakashi le permitió interpretar que había bebido demasiado y Sakura no pareció sospechar y no la cuestionó más.

Después de otra hora, Ino admitió que le gustaría irse a casa y dejaron el ruidoso bar. La rubia se sintió un poco culpable de que había sido idea suya salir en primer lugar y ahora lo estaban llamando a acostarse temprano por su cuenta. Si a Sakura le importaba, no dijo nada y conversó casualmente mientras caminaban hacia su apartamento, que estaba más cerca del bar que el de Ino. La ninja de ojos verde azulado trató de permanecer receptiva, pero su mente estaba en un torbellino tal que a veces se distraía mientras sintonizaba con sus propios pensamientos internos.