Una Vida a tu Lado [TERMINADA]

"04"

Narra Fabián Hoffman

Es mi oportunidad de conseguir la presidencia de la empresa de mi abuelo y a decir verdad no la voy a desperdiciar, aún que no me gustaría forzar a Grecia a algo que no quiere, pero se que sus padres la van a presionar

Entro en la habitación del hotel donde nos estamos quedando mi abuelo y yo, me llamo hace un par de horas solo que conocí a una chica en recepción y la pasé con ella en su habitación

—Hasta que al fin llegas —dijo molesto

—Si, hola querido nieto ¿Cómo estás? —digo con notable sarcasmo

El rodó los ojos

—Los Evans llamaron, nos invitan a almorzar...

—¿Para hablar del contrato?

—Así es, te casarás con su hija, y en cuanto nos vayamos a Vancouver ella viene con nosotros

Abro mis ojos en sorpresa

—¿Sin estar casados?

—Si. Así la presentas con tu mamá y todos eso de una vez antes de la boda —lo sigo y salimos de la habitación

—¿Crees que mi mamá y mis hermanos se crean esto?

—No lo sé, quizá a tu madre le caiga muy bien —entramos en el ascensor

—No hablo solo de ella —me mira —Hablo de mi papá y mis hermanos, ellos me han visto con diferentes mujeres estos meses y se les digo que llevo meses saliendo con Grecia, quizá no me crean

Suspira profundamente

—Fabián, van a pensar que todos estos meses la has estado engañando —río y lo mi fulmine con la mirada

Soy el hermano mayor y se que ellos no me verán muy bien, nunca les he dado el mejor ejemplo pero esto, no se cómo vallan a reaccionar

—Pues Matthew ya está casado

—Y Esteban es un idiota, al igual que a ti le gustan las mujeres Fabián, no hay otra opción

Las puertas del ascensor se abrieron y salimos del hotel, nos subimos al auto y llegamos a un restaurante no muy lejano al hotel

Antes de entrar mi abuelo me detiene
—Nos vamos mañana, así que en caso de que no les guste tanto la idea intenta convencer

Asiento y entramos al lugar, una chica nos guía escaleras arriba y en una mesa frente a una gran terraza se encuentran los Evans con su hija

Ella tiene el cabello suelto y un lindo vestida color verde esmeralda, ajustado en su cintura y suelto en la falda dejando ver su clavícula y un pequeño collar, se ve muy hermosa

Nos acercamos a ellos y se levantan para saludarnos

Narra Grecia Evans

El señor Campbell y Fabián se acercan y nos levantamos para saludar

Me voy a casar, me iré de esta ciudad e intentaré ser independiente como siempre soñé ser y que por miedo no había podido serlo. “Pensamientos motivadores”

Me aterra hacer esto sola, esto es prácticamente irme a vivir sola

Con Fabián, Grecia

No sé cómo me vaya a tratar Fabián cuando estemos viviendo juntos ni su familia pero confío que seré solo su esposa ante las cámaras

—Este es el contrato —mi padre pone un par de sobres en la mesa y ellos los toman

Un contrato de dos años, dónde seré una esposa modelo y nada más

El señor Campbell saca un bolígrafo de su trate y se lo da a Fabián quien alza la mirada un segundo y me ve a los ojos, sus ojos miel claros se conectan con los míos y siento nervios

—Estoy de acuerdo —afirma Fabián viendo a mis padres

El contrato dice que tengo que irme a vivir a Vancouver con él. Asistir a eventos sociales y hacer de vez en cuando. Hacer presencia en la empresa que Fabián dirigirá luego del matrimonio, entre otras cosas

—Nosotros regresamos a Vancouver mañana —dice el señor Campbell

Abro mis ojos como platos y miró a mis padres, no quiero irme justo mañana

—Te vas con nosotros Grecia —dice Fabián y lo miro, tiene una leve sonrisa y el por qué de ella es incierto para mí

Ay no...

—Mañana a primera hora en el aeropuerto, tenemos un avión privado —comunica el señor Campbell

—De acuerdo —dice mi padre

—Voy al baño, con permiso —me levanto y me dirijo al pasillo

No entro en él, sin embargo me recuesto de la pared y tomo respiraciones pesadas para calmar mis nervios

¿Por qué estoy tan nerviosa?

Siento una mano en mi hombro y levantó la mirada, veo a un chico de cabello rubio y lindos ojos, él me sonríe y siento mis mejillas arder, tiene hoyuelos y es alto

—¿Estás bien? —frunce el ceño sin dejar de sonreír

—Ammm —aleja su mano de mi —Si, si —me reincorporo

—Pensé que ibas a desmayarte —río —Que bueno que no, tendría que dejarte ahí y llamar ayuda —seguía riendo y me contagió su sonrisa

Reímos juntos y cubrí mi sonrisa por el momento

—No te cubras, eres muy bella —dijo Encantador. Lo mire sonrojada

—Debo irme —iba a alejarme pero me detuvo poniendo su brazo sobre mi abdomen

Lo miré aún sonrojada y quitó su brazo de mi

—Esque...tengo una...reunión

—¿Estás con los señores y el hombre de la mesa de la terraza? —lo miré sorprendida y asentí lentamente —¿Tienes novio?

Abrí mis ojos como platos ante sus preguntas, pero esa última también debería hacérmela yo ¿No?

¿Tengo novio?

No, en realidad no tengo

Iba a responder cuando siento como mi espalda choca contra algo fuerte y un aroma varonil conocido invade mis fosas nasales

—Si, de echo tiene prometido —oí la voz de Fabián y mis mejillas se calentaron aún más

El chico rubio no dice nada y me mira, sonríe y le devolví el gesto

—Que bueno —se acercó, Fabián estaba detrás de mí y por la altura de ambos se miraban a los ojos —Ten cuidado amigo, podrías…—me mira —Perderla

Siento las manos de Fabián en mi cintura y por reacción las pongo sobre ellas y el chico se da cuenta y sonríe con un brillo especial en los ojos

—Puedes irte —habla mi "prometido" y lo veo atónita

—Ajá ajá —dice el chico —Adiós preciosa —besó mi mejilla

Se aleja unos pasos y me separo de Fabián.

—Espera —se detiene y me ve —Soy Grecia

Se gira completamente y me mira a los ojos

—Lo sé —frunzo el ceño, Fabián toma mi mano y no sé qué sorprenderme más, sí que el ya sepa mi nombre o que Fabián se esté comportando así

—Adiós Fabián, Adiós Grecia —se va finalmente. Fabián tiene la mandíbula tensa

Pero...¿Que acaba de pasar?

Fabián suelta mi mano y hace un ademán para que salga del pasillo, sin mirarlo y sin decir nada me voy a la mesa. Quería preguntar pero sigo algo sorprendida por la cercanía de Fabián que no pienso en el chico de actitud extraña y encantadora

Ambos nos sentamos, frente a frente y firmamos el contrato. Nos miramos a los ojos y vuelve a sonreír levemente

Aquí vamos Grecia...tu puedes