🏵️

493 49 16
                                    

- Paimooon...¡Paimon!

- ¡Ah!

Mi compañera de viaje, literalmente, apareció de la nada misma y cayó a la cama.

Estaba a punto de preguntar que caranchos hacíamos acá, pero recordé que ella se durmió justo como yo en...dónde sea que ella vaya cuando no está. Se había ocultado a petición mía, hasta ahora las cosas no iban de acuerdo a mí línea original. No era desastroso, pero si que habían cambios algo notorios, y no quería arriesgarme a qué no nos aceptaran en la taberna por cargar con un ser mágico. Nada sospechoso por suerte.

- Perdonáme, Paimon ¿Estás bien?

- Casi se me sale el corazón, pero estoy bien...¿Y esta cama? ¿Lumine, dónde estamos?

Pasé la mirada por el cuarto, era tan feo como lo recordaba. Con un color tan croto cómo la primera vez y el olor a flores que había en la ventana. Era el cuarto del último piso de la taberna, anteriormente estuve aquí en reuniones secretas que tuve con los demás o simplemente pijamadas de skincare.

- uh, Ni idea. No creo que nos hayamos ido de la taberna...hay ruido abajo, vayamos por Venti.

Ojalá no sea demasiado tarde, no creo estar de humor para bancarme a un dios borracho. O pero aún, cantando temas de amores fallidos, que los dioses nos amparen.

(...)

- Pero me cago en la p#ta Venti ¡Estás re en pedo!

Venti estaba a nada de un coma alcohólico, o al menos parecía al borde de uno. Se veía cansado, despeinado y balbuceando pendejadas.

- ummm, Lumine me duele la cabeza, abrazame.

- ¿Me ves cara de curandera? Dejá de de hacerte el borrachito, sé perfectamente que no te afecta ni 40 copas de alcohol etílico.

-ugh, jamás lo volvería a hacer, esa cosa ni sabor tenía.- y el supuesto ebrio se levantó del banco como si nada. Le dí mi cara de '¿Viste?' y empecé un debate sobre el porqué el cheesecake era el postre más exquisito y no se discutía

Detuvimos nuestra charla para nada productiva al notar una cabellera roja en el sitio. Era Diluc, Paimon lo reconoció a tiempo y desapareció, cuando se acercó a nosotros noté a Jean junto a él. Era hora del interrogatorio, y yo me quedé con ganas del postre.

(...)

- A mi no me hablas con ese tonito.

-No, tú no me hablas a mi con ese tonito.

- Aquí nadie se tendría que hablar con ese tonito.

- O bajan el tonito o les rompo la jeta, tengo hambre y bronca pero no miedo.

Los dos varones de la sala, supongo que ante mi amenaza que no tenía ganas de cumplír o simplemente mi cara deformada por el desagrado que me provocaron, voltearon las miradas a direcciónes opuestas, ignorando al otro mutuamente.

Los dos mayores están al tanto de que el robo fué nada más con fines de enfrentar a Dvalin, y que yo solamente fuí víctima del bardo y su plan pendejamente elaborado. Los Fatuis solo lograron dejar en evidencia que no tenían, para nada, la intención de que esto se solucione de otra manera que no sea la suya, cómo nenes llorones que son.

Jean se mostraba bastante preocupada y estresada por ese hecho, para colmo tiene a un dios enano y un empresario malhumorado discutiendo como niños.

Bueno, a diferencia de Jean y para desgracia de los otros dos, yo ya no cuento con la paciencia como la última vez.

Otra vez, las cosas cambiaron.

¿Porque él y Venti parecen tener una rivalidad, de la cuál no estoy enterada?

¿Y cómo es que Diluc nos encubrió, aún sin saber el porqué nos perseguían o siquiera saber quiénes éramos?

Los dos son diferentes a cómo los recordaba.

-

Listo, ya basta. Maestro Diluc, yo entiendo que no nos crea ni a mi, ni a mi compañero. Pero no me aparece qu-

- Te creo.

- Y a mi qué me impor... Pará ¿En serio?

- Es en serio, tengo mis dudas sobre el bardo, pero yo- Jean carraspea en protesta-... nosotros, creemos en tus palabras. Aún si eres parte de los caballeros, esos pares de ineptos, confío en tí... Ustedes.

-Awww.- dijimos al unisono, aunque pude notar el ligero tono irónico del bardo. Me dió algo de gracia, solo por eso se lo dejé pasar.

- Bueno, Diluc. Ya que entramos más en confianza...Paimon, podés salir.

Paimon apareció con brillos a su alrededor. Diluc estaba un poco sorprendido, pero se presentaron formalmente y la hada respondió a todas sus dudas, o al menos lo que pudo porque se estaba agobiando un poco.

Seguimos con el plan, Diluc pudo obtener por medios completamente legales información sobre el posible paradero de la lira. Se ofreció a ir por sus medios y me eligió a mi como su acompañante, por supuesto significaba que Paimon también iría, un dos por uno.

Antes de retirarnos de la taberna, Venti me dijo preocupado "que su fachada de joven millonario no te engañe". No tengo idea que me quiso decir, si yo ya sé que sí, efectivamente, es un joven millonario. El nene me vino fallado.







¿Otra vez? Que paja. - Genshin impact // Lumine.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora