Las gotas caían de las puntas de mi cabello hasta caer en el suelo. Pasé la rasuradora con cuidado de no cometer algún error que resultaría físicamente doloroso. En cuanto mi uniforme (que constaba de un pantalón negro, una camisa blanco hueso, una corbata graciosa y un chaleco aburrido de color café) estaba ya puesto, mi ayuno había desaparecido y mi medicamento para el déficit de atención fueron ingeridos por mí fue cuando decidí salir de mi apartamento y dirigirme hasta mi trabajo.
Era la misma rutina de todos los días, se veía monótona, pero de alguna forma era funcional. Mi trabajo, igual de aburrido que mi vida. Era un vendedor de juguetes en una tienda no muy grande, situada en el centro de la ciudad. La época navideña se hacía presente, junto con un frío que invadía fuertemente mi cuerpo, lo que provocaba en mí una cierta desesperación y pesadez para llegar y acabar lo más pronto posible.
La juguetería era agradable a la vista, variedad de juguetes habían ahí, muñecas, carros, juegos de té, de mesa, etc. A pesar de lo pequeña que era, la extensa variedad de juguetes era indiscutible.
Me tocaba un horario matutino y vespertino, aunque éste último no solía durar mucho.
—¡Paul! Qué gusto, ¿Cómo te va?
Era George, amigo mío. Lo conocí en un bar hace años, él fue el que me ofreció la idea de trabajar con él, a pesar de que no es el mejor trabajo no puedo quejarme.
—Hola, Harrison. Me va bastante bien, ¿Qué hay de ti?—Completé con una sonrisa, mientras me adentraba a la mesita donde atendíamos a los clientes.
—Me va bien, ya sabes, Pattie está embarazada y las cosas se han complicado, ¡Pero no me quejo! La verdad estoy feliz de una nueva compañía.
Sonreía mientras acomodaba unas cajas, contenían cajas de juegos de té, por lo que tenía que tener bastante cuidado.
—Me alegro mucho, igual sé que les irá bien de todos modos, serás un excelente papá de cualquier modo.
Mientras hablábamos sobre él y Pattie llegó una mujer con un hermoso cabello rubio, el cual le llegaba a los hombros, su conjunto era abrigador, poseía un abrigo de piel, era tal el tamaño de éste que sólo se podía ver sus medias blancas, acompañadas de unas zapatillas.
—Buenos días, ¿En qué podemos ayudarla?
Aquella mujer quitó los lentes oscuros que tapaban una parte considerable de su rostro.
—Hola, me gustaría comprar un juego de té, el mejor que tengan.
—Claro, tenemos varios modelos. El más caro está en 145 libras, un precio considerable pero definitivamente vale la pena, está hecho de una porcelana muy fina y los acabados son hechos a mano.
—¡Hecho! Me lo llevaré... Aunque, mi esposo es el que pagará.
Confundido ante aquella respuesta y por ver qué tal dama venía sola, supe que muy probablemente se trataba de una estafa.
—Eh... Disculpe, señorita, ¿A qué se refiere?
—Me refiero a que me llevaré el juego de té y mi marido vendrá después a pagarlo.
Miré a George, él tampoco podía creer lo que escuchaba, a ambos se nos salió una carcajada
A la mujer pareció no agradarle tal respuesta, a lo que contestó:—No le veo la gracia.—Dijo con cierto enojo, sin contar que en su rostro se veía tal emoción.
—Señorita—Solté una pequeña risa—No puede hacer eso, en tal caso de que su esposo lo pague tendrá que venir él personalmente y yo mismo le entregaré el juego de té, pero hasta que no se pague no podré entregarle tal juego.
Ella no muy convencida y con cierta molestia que se expresaba perfectamente en su rostro y mirada, puso sus lentes nuevamente y salió por el mismo lugar por el que entró.
Me reí con George, a la vez que imitabamos de forma burlesca lo que había pasado con anterioridad.
°°°
La tarde ya había caído, faltaba poco para cerrar y justo por las fechas es que habían más personas de lo normal. Solía ser un completo martirio trabajar, ya que por el momento sólo éramos George y yo, por lo que atender a variedad de personas resultaba muy agotador.
En cuanto la gente bajó, me dirigí a George para platicar un rato.
—Oye, por lo visto no ha llegado tal hombre del que tanto alardeaba tal mujer.—Dijo.
—Nah, obviamente no. Se veía de lejos que quería estafarnos y aprovecharse de nosotros, ¡Y más con un juego de té carísimo! Más caro de lo que nos pagan al día, ja, ja, ja.Mi vista chocó con la de un hombre alto, con un cabello castaño y unas grandes cejas. Su rostro era algo fino, pero a la vez con características fuertes. Tal hombre vestía prendas oscuras, entre ellas un suéter de cuello alto de color negro y un pantalón acampanado azul, todo eso acompañado de una gabardina negra.
—Buenas noches, ¿Qué se le ofrece?
—Uhm...¿Qué tal? Vengo por el juego de té que mi esposa encargó.Sorprendido y recordando a la mujer, asentí mirando su amable mirada. Su tono de voz era tranquilo, de alguna manera lograba transmitirme paz.
—Ah...claro. ¿Usted es el esposo de la mujer rubia?
—Es correcto.De más cajas saqué con cuidado la caja con el juego de té de porcelana. Debía tener mucho cuidado, debido a su valor.
—Serán 145 libras.
Sacó de la gabardina una billetera café, sacó exactamente el efectivo y me lo entregó.
—¿Desea una caja de regalo?
Asintió, saqué tal caja de color verde que encajaba correctamente con el tamaño del empaque del juego. Lo coloqué con cuidado y lo cerré con un listón del mismo color de la caja de regalo.
En cuanto le entregué la caja, él me agradeció y me regaló una sonrisa amistosa.
En cuanto se retiró, George me dijo:
—Se te está cayendo la baba.Moví mi cabeza para caer en la realidad y mirar con una mirada no muy buena a George. Aquél soltó una risa y yo sólo me limité a imitar su estúpida risita.
En cuanto George dejó de molestarme miré el mostrador, sobre aquel había una billetera café. La tomé entre mis manos y cuando la abrí lo primero que me topé fue una identificación de Liverpool.
—¿John Lennon?—Dije, mientras miraba el rostro de la foto que coincidía obviamente con el hombre que atendí hacía unos segundos.
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Who Loves The Sun? → [McLennon]
FanfictionPaul lleva una vida monótona, la rutina cíclica y su ardua necesidad de mantener una buena economía no le permiten la posibilidad de disfrutar de su vida. Su trabajo como vendedor de juguetes parece ser un infierno, especialmente en épocas navideñas...