La pregunta me dejó un poco atónito, no solo la pregunta, si no como me llamo. -Asesino?- le pregunté alzando una ceja.
-Si, piensas que no me hiba a dar cuenta que estás vestido como Jeff The Killer?- Ese tono de ironía hizo que mi mente bajará de donde sea que estaba -Encerio dime por dónde quieres que empieze?- la pregunta me sacaba de mis pensamientos y ahora me metía en los de ella.
-Empieza por quien eres tu en realidad- le dije rápidamente. Eso la dejo desconcertada y más cuando me vio que solo estaba a pocos centímetros de ella, vi como sus ojos se apagaron y bajo la cabeza, cerró los puños y se dispuso a hablar.
-Mi nombre es Stella Maria Fernández, tengo 23 años y me gusta el verde... Lo puedes notar en mi pelo- decía esto mientras se toqueteaba un mechón que le bajaba directamente al rostro.
-Eso es demasiado básico- le dije mientras la miraba justamente a los ojos -Dame algo más interesante, no hagas que el alcohol sea bebido en vano- le decía mientras me daba otro trago.
-Bien- decía mientras rodaba los ojos y daba un suspiro largo... -Nací en México, mi padre es americano y mi madre es Mexicana, exactamente de Tijuana, Soy nacida y criada aquí, por lo que todos mis estudios los hize aquí, puedo hablar tanto el inglés como el español fluidamente al igual que tu- dijo esto mirándome fijamente a los ojos para luego poner una mano en su pecho y hacer un gesto de orgullo.
Es cierto, ella era la única persona que me habló en español cuando empeze a trabajar en el mercado, incluso Floid me habló en inglés luego se sorprendió al ver que hablo Español correctamente... No lo culpo, es un error común en muchas personas, aparte, se hablar varios idiomas a la perfección.
-Sigue siendo básico- le dije sujetando mi vaso y entre cerrando los ojos, vi como su cara de orgullo se convertía en una de desagrado al yo decir eso. Ella tomó su vaso y se dio un trago largo -Que diablos quieres saber de mí Jhosep?- decía mientras me miraba con un poco de dolor y se limpiaba la boca por el poco bourbon que se le había escurrido.
-Quiero que me hables de ese dolor que se esconden detrás de esos ojos esmeraldas, quiero que seas sincera y dejes de tapar lo que sientes por lo menos una vez- le dije mientras le volvía a servir de ese bourbon...
-Estas seguro de eso?- me preguntó mientras se apretaba el pecho con fuerza...
-Si, tal vez no entiendas porque lo hago, pero solo déjame hacerlo- le dije mientras le besaba la frente
Dio un suspiro largo y empezó a hablar -A la edad de 5 años mi padre empezó a golpear a mi madre todas las noches, luego de que llegaba del bar borracho y enojado después de perder el dinero apostando- Apretó sus manos contra su pecho y empezó a mirar abajo, ya el dolor empezó a ser notable en su voz -Y cuando acababa de masacrar a mi madre a golpes hiba a mi cuarto a terminar su sección diaria de Box conmigo- lágrimas gruesas caían por sus mejillas. -Todo esto se mantuvo hasta los 15 años, tenía que usar abrigos y suéteres para tapar los moratones que el dejaba en mi piel por los golpes del cinturón o a veces de sus manos desnudas- Subió sus manos a la cara para limpiarse las lágrimas. Su manga derecha se movió un poco y me dejó ver algo que realmente valía oro en toda su historia, le tome la muñeca rápidamente y levanté la manga revelando una pulsera de identificación de un hospital psiquiátrico...
-Nunca te abuso sexualmente, verdad?- le pregunté mientras miraba detenidamente su pulsera. Quisiera decir que no se asombro pero era notable como sus ojos se llenaron de pánico al ver como estaba viendo esa pulsera maldita en su muñeca...
-N... No... Me dijo tartamudeando por el obvio miedo que tenía al verle que no despegaba la mirada de esa pulsera-
"Hospital psiquiátrico de nivel II Dra. Amber Poncer paciente: Stella Fernández, nacida el 27 de febrero del 1992
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Ghell: Sobrevive hasta el amanecer
Mystery / ThrillerUna horda de asesinatos azota una pequeña parte de Estados unidos y los policías no tienen pistas para deducir quien es el asecino y cuál será su siguiente víctima... El tratar de llegar al amanecer se ha convertido en el día a día. Todos estamos es...