Pluma indómita.

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Los pelos de mi cara y cada poro,
apuntan al norte
el norte que no encuentro en el lodo.

Las arrugas del alma,
mi alma que no cree en el paraíso,
los renglones torcidos
que dicen todo de mí cuando te has ido,
sigo en esta vida sin permiso.

El peso en mis hombros,
el peso de la inercia de cada golpe
y sobre mi espalda,
donde cargo mi vida y mis escombros,
rotos por aprender de ser torpe.

La pintura de mi luna,
que deslumbra sólo con su propia luz
pero siempre alumbra a otro,
yo mojando viejas fotos
y ella en otra latitud.

Las alas que me elevan,
las alas de cada pluma en cada folio,
aquellas que tocan el cielo
desde solo un escritorio...

Hojas de papel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora