Como sería Jeon Jungkook y Alonzo de pareja
. . . . . . . . . .Dos días antes de Navidad Jungkook entró en una elegante librería de la Segunda Avenida para comprar un regalo al chico que tenía como novio, un rubio hermosísimo de ojos azules que lo cautivó con su dulzura desde que lo conoció. Buscaba algo maravilloso, algo que le gustara de veras y todavía no estuviera en los abarrotados estantes de su habitación, porque si, su amado era un fanático y adicto a las lecturas
Solían vivir en un edificio no más de 20 pisos en ascendencia que era dirigido por una mujer mayor de tes blanca y muy cariñosa, Jungkook se hospedaba en el "Mini guarida" como él le decía desde hace más de 7 años, si, era muchísimo tiempo, pero es que desde que se mudó hacia los Estados Unidos a un país el cual no estaba acostumbrado a estar le era difícil, pero fue entonces un dia donde estaba buscando empleo que se consiguió en medio de la calle con la carismática doña Ofelia y al ver que la mujer de vestimenta muy refinada iba con bolsas muy pesadas no dudó en acercarse y ayudarla, Jungkook le menciono que no tenía un hogar en específico y ella le ofreció asilo en el edificio que le heredó su marido después de morir, desde entonces esa señora se ha convertido en una persona muy especial para el asiático
Consiguió empleo como mesero en un restaurante que quedaba bastante cerca de la residencia y la paga era para su sorpresa muy buena
Y ahí estaba, acababa de cobrar la quincena de su paga y lo primero que hizo fue correr a la librería que a su suerte aún estaba abierta a las 6 de la tarde, estaba entusiasmado de comprarle algo a su novio
La librería tenía libros nuevos así como una sección de libros antiguos encuadernados en piel y hasta algunas primeras ediciones. Jungkook se quedó congelado al ver los precios
"Gastaría millonadas si se trata de ti, mi amor" pensó
Finalmente eligió algo que sabía que agradaría a Alonzo. Eran cuatro tomos muy antiguos de un autor que su rubio mencionaba muy a menudo. Estaban encuadernados en piel y se notaba que habían sido muy leídos y sostenidos por manos respetuosas. Y al ir a pagar contó el dinero lenta y detenidamente
—Buenos gustos— dijo una joven de cabellos rojizos y pecas en las mejillas— Esas son elecciones estupendas, mi jefe las compró en New Jersey hace unos meses y me sorprendió que no me lo quitaran de las manos el primer día, es una edición excepcional— comentó la chica animadamente mientras recibía el dinero que le tendió Kook
El por su parte sonrió mientras guardaba su billetera
Después de salir de la librería se subió al autobús con los libros debajo de su brazo, cuando llegó a casa entró al vestíbulo como un torbellino