ℙ𝕠𝕣 𝕖𝕝 𝕡𝕒𝕤𝕒𝕕𝕠 𝟙𝟚/𝟙

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No sabía que pensar, estaban interrogando a mí papá para saber si el había sido cómplice de aquel drogadicto; después nos enteramos que su nombre era Andrew Ayres, como aires pero con Y.

También me hicieron confesar a mí, y un psicólogo infantil me dió una charla de porque esas cosas se deberían hablar con un policía en vez de guardarselas. Obviamente me hizo mostrarme aquellos moretones que todavía no habían curado; menos los de mi espalda, la cual estaba vendada.

Papá me dijo que seguiríamos con nuestra vida mejor que nunca, pero yo no lo creo, pues el psicólogo infantil dijo que era importante que yo lo viera dos veces a la semana. Papá me dijo que el no tenía problema con ello, pero es obvio que lo tiene, acaba de perder a su mujer y ahora aparte de tener que hacer horas extras, tiene que dejarme con un psicólogo.

........................

Ya dejaron ir a papá, su jefe confirmó que el había estado en el trabajo en el momento de aquel brusco asesinato, por lo cual era imposible que el hubiera sido cómplice. Cuando volvimos a casa en el auto, todavía estaba la sangre en la vereda, y un poco en la calle. De verdad no había tenido piedad con ella.

Entramos a casa y todo fue silencio, ni siquiera a mamá golpeandome y papá pidiéndole que se detuviera. Solo... Silencio. Nada más. Fui arriba y me encerré en mi cuarto, como suelo hacer, pero ahora, simplemente no se siente igual.

Abrí el cajón de mi mesita de noche y saque aquella grabadora de voz que papá siempre tenía a mano para "seguridad". Realmente nunca supe porque la tenía, pero estaba seguro de que no la tenía por seguridad, eso era obvio.

Recordé esa vez cuando usé por primera vez la grabadora de voz.

-flashback-

Tocaron la puerta, baje las escaleras y mire por la puerta, para saber si era un asesino serial, en ese tiempo me gustaban mucho los libros policiacos.

Habían dos policías. Según la placa que tenían en el costado izquierdo del pecho, se llamaban Jerry y Oliver. Me amarre el cabello y agarré la grabadora de voz, la encendí, la guarde en mi bolsillo y abrí la puerta.

---Hola ¿que se les ofrece?--- Dije tratando de que mi nerviosismo no se notará, aún que me temblo un poco la voz.

---Hola, pequeña. ¿Sabes si  ______ -nombre de tu madre- esta aquí?--- Otros niños de siete años se hubieran sorprendido y hubieran preguntado porque buscaban a su madre, pero yo ya lo sabía, y no iba a dejar que llevarán a mi madre a una pocilga con cama de madera y con barrotes.

---Disculpe ¿quién?--- Fingí una cara de confusión.

---______ _______ -nombre y apellido de tu madre-, ¿Vive aquí? ¿Podemos hablar con ella?--- Me repitió Jerry, agachandose a mi altura, me mostró una foto de mi mamá mientras me miraba con ternura.

---No, disculpe, no la conozco ¿seguro que tienen bien la dirección?--- Se miraron mutuamente y Jerry se levantó.

---Gracias, pequeña--- Habló Oliver con mirada fraternal y luego susurró algo que obviamente pude oir, y que la grabadora también podía oir---. Te dije que aquel imbécil nos había mentido, tendremos que buscar a esa drogadicta en otro lugar--- Si, mi madre era una total idiota, pero no me gustaba que la insultaran. Rato después se fueron.

Y yo le fuí a mostrar la grabadora a mi madre.

---¡Mamá, mamá!--- Corrí dentro de la habitación de mis padres levantando la grabadora con una mano y agitandola exageradamente.

---¿Si mi vida?--- Me miró y tiró su cigarrillo.

---Vinieron policías buscandote y los grabe ¡mira!--- En ese momento la sonrisa de mi mamá se desvaneció.

𝙷𝚎𝚕𝚕𝚘, 𝚁𝚒𝚌𝚑𝚒𝚎 [𝙍𝙞𝙘𝙝𝙞𝙚 𝙭 𝙈𝙖𝙡𝙚¡ 𝙍𝙚𝙖𝙙𝙚𝙧] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora