|Porque fuiste tú, a pesar del tiempo|

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Mis pensamientos vagan, como nubes en el cielo, y cada recuerdo se convierte en un tesoro, un anhelo que me acompaña a lo largo del tiempo. Tu risa, como música en la brisa marina, se mezcla con los recuerdos de nuestras caminatas al atardecer, bajo la luna divina que testigo fue de nuestra historia.

Durante aquellos días, el sol radiante nos acompañaba, y las noches estrelladas iluminaban nuestro amor que crecía como un jardín de amantes. En la arena, nuestras huellas quedaron impresas, como testimonio de nuestro amor eterno, sellado bajo la luna y nuestras promesas compartidas.

Recuerdo las cartas escritas con palabras sinceras, que expresaban lo que sentía por ti y quién eras para mí. Cada verso, cada línea, cada letra contenía un eco de nuestro amor, un eco que el tiempo ha respetado y que perdura.

A pesar de la distancia que nos separa ahora, nada ha podido desvanecer lo que aquel verano nos hizo renacer. Las millas que nos separan no pueden borrar el recuerdo de ti que vive en mi corazón, inquebrantable.

Cada vez que miro al cielo estrellado, no puedo evitar pensar en aquel verano y en todo lo que hemos amado. El tiempo ha traído cambios a nuestras vidas, pero los recuerdos perduran como heridas, profundas y llenas de significado.

Este verano, en el que nuestras vidas se cruzaron, quedará grabado en la eternidad. Nuestra historia de amor se mantiene como una realidad en mi corazón. Aunque el tiempo avance y los años pasen, tú y yo, en estas palabras, revivimos nuestro amor una y otra vez, como si fuera la primera vez.

Memorias de un verano perfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora