𝗵𝗮𝗰𝗲 𝗿𝗮𝘁𝗼 • ᴇxᴇϙᴜɪᴇʟ ᴢᴇʙᴀʟʟᴏs

12

Naiara

Me levanté porque escuché que la puerta se cerró y me asusté. Quité el brazo de Exequiel de encima mío, me puse un short que encontré en el suelo y me dirigí a la cocina silenciosamente. Cuando llegué vi que la luz del baño estaba prendida. Fui hacia ahí y estaba mi mamá, lavándose la cara.

Justo hoy tenía que volver de su viaje.

—hola mi amor— dijo acercándose a abrazarme— perdón si te desperté.

—hola ma, no pasa nada— dije dándole un beso en la cabeza.

—anda a dormir si queres, mañana hablamos bien, tenes cara de cansada.

Y como para no.

—si, pero hay un temita— dije rascandome la nuca nerviosa.

—¿Qué pasó?— dijo con cara preocupada.

—no es nada malo, creo— dije y creo que eso la preocupó más— estoy con un chico.

—ah bueno— dijo poniéndose una mano en el pecho— me asusté.

—perdón es que no se podía quedar en su casa— mentí, no podía decirle que lo traje porque fuimos al cine y me quedaron ganas de coger entonces vinimos acá.

—no pasa nada amor— dijo tranquilizandome.

—hace como que no estas porfa.

—si dale, yo ahora me voy a dormir, el vuelo fue largo y quedé cansada, hasta mañana al mediodía no abro un ojo.

—gracias, tempranito lo hecho— dije y mentí otra vez.

—no tengo problema que se quede igual, mientras no hagan nada que yo no pueda ver, todo bien.

—tranqui, nos vemos mañana, descansa— dije y le bese la mejilla.

—te amo, descansa— dijo y volví a mi habitación.

Volví a mi habitación y encontré a un Exequiel dormido boca arriba con un brazo estirado. Me acosté lo más lejos que pude para que no note mi presencia, y le di la espalda. Aunque fue totalmente en vano, porque segundos después de acostarme me tomó de la cintura y me arrastró para que no quede tan sobre el borde y esté más cerca de él. Quedamos acostados haciendo cucharita, sentía su respiración en mi cuello y me dio escalofríos.

—no te vayas— dijo apretando su agarre en mi cintura.

Traté de dormirme, pero no pude. Estuve pensando en todo lo que había pasado hoy, y en que él tenía novia. Mi cabeza se llenaba de preguntas que no tenían respuestas, aunque de igual manera, si las tenían, no quería saberlas.

Siendo sincera, no entendía el comportamiento de Exequiel, teniendo novia cogimos y dormimos juntos, aunque no voy a negar que él me atraía: su personalidad, su manera de ser conmigo, su carisma. Me asustaba sentir esto por él, porque sabía que nunca íbamos a llegar a algo más que esto.

Ya casi estaba durmiendome, pero uno de los celulares arriba de la mesita de luz se prendió, y por qué no, decidí estirar la mano y tomarlo, era el de Exequiel.

Noe
Estas?? (03:02)
Te extrañooo (03:09)
Te quiero dar un beso. (03:15)
1️⃣Foto (03:16)

Ni intensa

Abri los ojos y me encontré a Exequiel con la cabeza apoyada sobre mí pecho, respirando tranquilamente. Todo lo que estuve pensando anoche, venía otra vez a mi mente; me sentía mal por ser el cuerno, pero tampoco voy a negar que me gustaba lo que teníamos.

—Exe— dije tocándole el brazo para que despierte— levántate, tenes práctica dale— dije y él resongó.

—¿y si no voy y nos divertimos nosotros?— dijo acomodándose, dejando su cara en el hueco de mi cuello.

La oferta fue tentadora, pero estando mi mamá en casa no podíamos.

—no dale, levántate— dije palmeandole la espalda para que se levantara.

—primero que nada buenos días— dijo apoyando un brazo al lado de mi cuerpo y dándome un beso en los labios.

Así sí son buenos días.

—¿desayunamos?— le pregunté apartandolo, no quería que el beso subiera de tono.

—dale— dijo sonriendo.

—lo traigo para acá, decime qué querés.

—tostadas con manteca y un café, gracias— dijo guiñandome un ojo.

Me puse lo primero que encontré en el suelo y salí de mu habitación, dejándolo a él dentro. No quería que salga, si se encontraba con mi mamá, esta empezaría a flashear una banda.

Preparé lo que quería dos veces, ya que yo también quería lo mismo, y lo llevé a mi habitación en una bandeja. Cuando entré Exequiel estaba con la mano sobre su miembro mirando su celular, y lo primero en lo que pude pensar fue en la foto que le había mandado, la que si no recuerdo mal es su novia, anoche.

—bueno bueno— dije y la retiró al instante— anda a lavarte las manos ya— dije señalandole el baño dentro de mi habitación.

—daaale que te haces ahora.

—o te lavas las manos o no hay tostadas ni café para vos— resongó y se levantó hacia el baño y escuché como abría el agua y esta corría.

Cuando volvió nos sentamos en la cama a desayunar.

—está re rico este café que onda— dijo después de darle un sorbo.

—es que le puse droga— dije sonriendo.

—con razón.

Desayunamos unos minutos más y después el se cambió y se fue para su casa, mientras yo me tomé el tiempo de ordenar un poco mi habitación ya que era un desastre y posteriormente darme un baño.