8. Arrepentimiento.

539 69 16
                                    

El viaje de vuelta al gimnasio es silencioso, pero la mente de ambos es tan ruidosa que sus pensamientos podrían escucharse en cualquier momento.

Jimin mira por la ventana del auto, sentado completamente derecho con sus manos sobre su regazo, distraído en su propia mente, repitiendo los sucesos que ocurrieron minutos antes en la academia.

Jungkook, con una sola mano en el volante y su otro brazo apoyado en la ventanilla abierta, se digna solo a mirar al frente, teniendo la cara de aquel idiota grabada en su mente. Su mano aprieta el volante involuntariamente cada vez que el recuerdo de un vulnerable y aterrorizado Jimin cruzan su cabeza mientras se llena de preguntas sin respuestas.

El rubio sale unos momentos de su trance, disimuladamente mirando de reojo a Jungkook, sintiendo sus mejillas arder y su pecho contraerse. La mirada de Jimin pasa a su brazo derecho, lleno de tatuajes a la vista por sus cortas mangas, hasta sus nudillos blancos que aprietan el material haciendo que Jimin frunza el seño.

"Oye" Jimin dice, llamando la atención del pelinegro.

Jungkook solo lo mira unos segundos, haciéndole saber que lo está escuchando.

"Eh...yo" El rubio mira sus manos sobre su regazo, jugando con sus dedos. "Quería agradecerte por salvarme, no tenias por que hacerlo."

Jungkook suspira, dejando de apretar el volante al escuchar el suave agradecimiento del rubio. Con su mano libre se acomoda el pelo, pareciendo ciertamente frustrado.

"Podrías agradecerme respondiendo a mis preguntas." Jungkook sigue mirando la carretera si inmutarse, cada vez más cerca del gimnasio.

"Creo que...sería mejor que no te involucres más en la situación, me ayudaste hoy y lo agradezco, pero probablemente la próxima vez sea peor, Minho seguro está enojado por todo esto." Jimin siente un escalofrío recorrer su espalda al comenzar a imaginarse los posibles escenarios que Minho está planeando para el.

Y Jungkook no estará para salvarlo.

"¿Y tu dejarás que te haga daño?" El comentario frustrado del pelinegro logra molestar un poco a Jimin, sabiendo que esas palabras vienen de la ignorancia sobre la situación.

"No puedo hacer mucho más que aguantar, ya escuchaste lo que dijo sobre tener mi futuro en sus manos, tiene razón." El rubio siente vergüenza al decir ciertas cosas, sabiendo que suena como un cobarde frente a Jungkook.

"¿Por qué tiene tu futuro en sus manos Jimin?" La confusión adorna cada pensamiento de Jungkook, sintiéndose cada vez más lejos de una verdad concreta.

"No importa eso ahora, solo quiero que sepas que estaré bien, tus clases de boxeo me están ayudando" Una pequeña sonrisa se asoma por los labios de Jimin, intentando aliviar el ambiente tenso.

Pero a Jungkook no se le escapa ni una mueca, lejos de encontrarle alguna gracia a la situación. El pelinegro siente tal nivel de frustración que golpearía a alguien, y espera que ese alguien sea Minho.

Aunque una duda nueva le surgió.

"¿Entonces por eso necesitabas tanto mis clases? ¿Para defenderte de él?"

Jimin se queda en silencio unos segundos, dándose cuenta de que Jungkook además de ser calculador, es una persona terca, que no dejara el tema de lado hasta tener cierta cantidad de respuestas.

"Algo así, no puedo vivir el resto de mi vida con miedo, ¿verdad?" Las palabras de Jimin llaman la atención del pelinegro, quien aparca el auto frente al gimnasio.

Jungkook mira a Jimin unos segundos para luego salir del auto seguido del rubio. Ambos caminan hasta entrar al gimnasio, el cual ya está bastante poblado de clientes siendo media mañana.

Dulce VictoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora