Luna Nueva

Capítulo 1

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Hace mucho tiempo, en un Reino muy prospero, vivía una Princesa llamada Estella, ella era alta, con una belleza muy especial, cada persona que la veía la adoraba y deseaba pasar más tiempo en su compañía, tenía una tez muy pálida y un cabello negro largo y sedoso que brillaba como un diamante cuando estaba a la luz del sol. Durante las noches tenía un extraño hábito. Lo que más le encantaba escuchar y que sentía que siempre la arrullaba para dormir era el aullido de los lobos de la montaña, nunca supo porque sucedía esa particularidad, pero termino considerando al aullido como su sonido favorito.

Ella era una persona muy gentil y dulce, vivía felizmente con su padre, el Rey Juan, él cual se caracterizaba por ser una persona muy malvada, la única que se salvaba de estos tratos era su hija Estella, quien era idéntica a la fallecida Reina Pamela. La Reina había fallecido hace 18 años, con el nacimiento de Estella y justo antes de morir y entre suspiros la nombró de esa manera, desde ese día el Rey Juan decidió cuidar y proteger a Estella siempre, pero eso no pudo ser posible por más tiempo.

Durante el año del décimo octavo cumpleaños de la Princesa, el Reino Marvel sufrió mucho. Sequía, hambruna, epidemias, y de esa forma los recursos se terminaban. El Rey Juan solo tenía una solución, el matrimonio, pero por su personalidad nadie quería asumir el puesto de Reina, entonces su única opción era su hija Estella, le costó mucho llegar a esa conclusión, pero con todo su corazón iba a tratar de buscarle el matrimonio que más beneficios les diera a ambos.

Al ser Estella una dama muy hermosa el castillo había recibido un sin número de pedida de mano para la Princesa. Pero con ayuda de sus consejeros, eligieron a un Reino cercano que estaba conectado con la primera esposa del Rey, la persona que propuso la boda fue el hermano de la Reina Pamela, el Rey Juan nunca conoció a la familia de su esposa, porque ella nunca lo permitió y al ser tan feliz con ella nunca se lo exigió. Y pensando en su propia experiencia, pensó que era probable que su hija también conozca la felicidad en su matrimonio.

Al día siguiente le dio la noticia a Estella:

— Amada hija, como sabes nuestro reino ha pasado por mucho y la única forma de sobrevivir y superar estar crisis es a través de lo que nos puede proporcionar el Reino Wulf, del cual estamos emparentados a través de tu madre, pero que para ayudarnos han enviado una propuesta de matrimonio para ti y así ellos procederán a proveer los insumos suficientes para nuestro pueblo y de hacerlo en cualquier otra oportunidad.

Estella se sorprendió, nunca pensó que su matrimonio fuera concertado, pero como su padre siempre le dio todo lo que quería y la trataba bien, ella no podía ser una mala hija y no aceptar esta propuesta. Ella solo asintió dando pie a que el Rey continuara.

» Sé que nunca te he impuesto nada, pero al ver que es de la familia de tu amada madre espero que tu futuro esposo sea igual a ella, un hombre decidido y que te cuide por siempre. Se me parte el corazón, pero es lo único que podemos hacer en este momento.

—Lo se padre, es mi deber como Princesa de este Reino mirar por ellos, espero ser feliz, así como sé que lo fuiste con mi madre. Solo quiero preguntarte lo siguiente: ¿Quién es mi prometido? ¿Y cuántos años tiene?

—Es el Rey Henry, hermano menor de tu madre, tiene 26 años, según la investigación es un Rey muy misterioso, solo sale en el día y es poco sociable, pero su Reino es uno de los más comerciales, con una gran agricultura, además de tener muy buenas alianzas.

—¿Por qué un Rey así no está casado ya?

—No estoy seguro, pero lo importante es que su propuesta llego en el momento indicado, aunque me pese, tu prometido pidió que la boda sea en su Reino mañana durante las primeras horas del día, por lo tanto vas a tener que irte ahora mismo, solo vas a llevarte a tu doncella personal Sabrina, ella ya estaba al tanto de esto y ha preparado tus mejores ropas y un baño para que estes fresca durante el viaje, el vestido de novia y el banquete será puesto por el Reino Wulf, por desgracia no puedo acompañarte, te doy esto—el Rey Juan se quitó un medallón donde estaba la pintura de los tres (el Rey, la Reina y su preciada hija), el cual era su más grande tesoro porque nunca pudo ver esa escena en la vida real—, quiero que lo tengas siempre y nunca te olvides de este padre Estella.

La Princesa no pudo contener las lágrimas, era la primera vez que saldría del palacio sin su padre y que no regresaría en un muy largo tiempo. Ella amaba a su padre por ese motivo, dejando de lado las normas de la nobleza, corrió con sus delgadas piernas hacia su padre y le dio un fuerte abrazo que llenó un poco el corazón de ambos.

Era un hecho difícil para los dos, pero el único necesario. Estella se preparó, se dio un largo baño con una fragancia a lavanda, su favorita, un vestido amplió color beis que formaba su cintura, unos zapados plateados, con joyería de diamantes que demostraban el estatus de Princesa, la segunda persona con mayor poder en su Reino. Y así, hermosa y con la apariencia a un ángel emprendió el camino a su destino.

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El viaje no fue tan largo, duró seis horas en carruaje, Estella podía soportar viajes más largos, pero eso le dio un respiro, podía visitar a su padre porque no estaban tan lejos. Lo primero que notó fue que se encontraban cercas del bosque, y montañas, estas eran tan altas que las podía ver a por de las ventanas de su cuarto en el reino de su padre, era el mismo lugar donde provenían los aullidos de los lobos, al menos eso la emocionó un poco, iba a tener un sonido familiar todas las noches. No conocía a su esposo y esperaba que sea una buena persona, y aunque nadie le dijo lo que pasaría en la primera noche, ella lo sabría, de forma escondida leía historia de romance donde especificaban que pasaba en el cuarto de los recién casados, y también escuchó lo que comentaban las sirvientas en sus horas libre. Así que, aunque ella se encontraba nerviosa, esperaba que su futuro esposo sea amable.

Al llegar al castillo, directamente la llevaron a una habitación para medirle el vestido de novia y hacer los arreglos para la mañana siguiente, le pusieron joyas, le cambiaron zapatos y fue todo tan rápido y con un ejército de personas que Estella no pudo pensar en nada hasta llegar a su habitación. Esta era cálida, tenía un hogar en el centro de la de la pared que miraba a una gran cama con dosel, Sabrina, su doncella, le preparo un pequeño baño caliente para que se relajara para el día de mañana, la dejo sola en el lugar luego de ayudarla a ponerse su bata para dormir, ella tomó un libro que tenía en una mesita alado de la cama, era una novela de hombres lobos, siempre le llamó la atención esa temática, no sabía porque, pero los consideraba misteriosos y muy fuertes. Mientras iba por la mitad del libro y la leña del hogar crepitaba consumiéndose poco a poco, la luna estaba casi en todo su esplendor.

—Mañana será luna llena, hoy no conocí a mi futuro esposo, espero que mañana sea diferente y que llevemos una buena relación.

Estella era una Princesa, por lo que fue educada para que algún día sea una Reina ejemplar, así sea para quedarse y dirigir a su reino o casarse con otro Rey y acompañarlo durante su reinado, esperaba que Henry fuera un hombre que le permitiera ayudarlo en sus deberes porque ella siempre estaba al pendiente de la política y de las circunstancias de su pueblo, esperaba hacer lo mismo, más ahora que sería la soberana de esa tierra.

Justo para interrumpir sus divagaciones, un fuerte aullido de un lobo llegó a sus oídos, y como imaginaba este se escuchaba mucho más cerca que cuando estaba en el castillo de su padre, este sonido la relajo sobre manera, tanto así que un bostezo salió de sus bellos labios rojos, y dejando su libro en la mesita, se arropo y se durmió con el aullido del lobo que parecía estar dirigido para el deleite de Estella.

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