Equilibrio Y Paz

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-Si tu molestia es que te domine entonces ¿Por qué no me dominas tú también? – me pregunta a la par que me entrega el cuero libre del cinturón el cual simula la correa del amarre.

Por un momento el silencio predomina y durante este lapso mi mente pareció viajar a mil por hora observando la correa que yacía en mi mano izquierda, no obstante, mi mente paso a estar en blanco cuando JK toma mi mano derecha para colocarlo en su entrepierna donde podía sentir como su virilidad comenzaba ponerse dura.

-Solo por ti reacciona mi cuerpo nu-na- comenta Jung-kook antes de soltar un leve gemido que me hizo estremecer.

Verlo girar la cabeza al tiempo que soltaba otro gemido me hizo querer ver más de él así que instintivamente cerré levemente mi mano ejerciendo un poco de presión.

-Nu-na- pronuncia levente el chico quien comienza a gemir con más intensidad.

Y lo que nunca había sentido, pero si había escuchado decir de otras mujeres, fue el palpitar de su pene en mi mano por lo que mi último hilo de raciocinio termina por romperse; haciendo que me detenga de todo a fin de llevarlo a mi habitación jalándole de su correa.

Realmente parecíamos primerizos desesperados por el placer debido a que entramos a mi cuarto sin encender las luces hasta topar con la cama.

-Quédate aquí- le ordeno al maknae de oro en lo que yo continuo con mi caminar siendo guiada por la orilla de la cama hasta dar con el buro en donde enciendo la lámpara de mesa, que alumbra tenuemente la habitación.

-Siéntate- le ordeno sin titubear.

Él de inmediato hace caso a mis palabras sin dejar de observarme; causando que comenzara a excitarme por ende empiezo a desvestirme lentamente sin dejar de conectar con esos ojos llenos de deseo; una vez que quede en ropa interior trato de acomodar mi bikini pasando mis dedos por debajo de los bordes hasta que esté bien acomodado.

Debo de confesar que esto lo hice a manera de provocación debido a que han pasado ya varios años desde que me sentí una mujer deseada y el hecho que fuera él quien respetara mis tiempos me daba esa seguridad de ser la persona correcta, por lo que quería retribuirle dándole el mayor placer posible.

-Eres hermosa- musita Jung-kook

- ¿De verdad? - le pregunto algo incrédula.

- ¿Quieres comprobarlo? – me pregunta a manera de provocación al tiempo que se recorre hacia atrás en la cama hasta quedar recargado en la cabecera.

-Sí- fue toda mi respuesta antes morderme el labio inferior.

-Entonces libéralo- responde señalando con su mirada el gran bulto que se podía ver a simple vista.

-Ok, pero mantén las manos sobre tu cabeza- le ordeno a lo que el simplemente obedece.

Por mi parte comienzo a gatear sobre la cama hasta llegar a sus caderas en donde tomo el cierre del pantalón con mi boca a fin de irlo bajando sin dejarle de mirarle, pues no quería perderme ninguna de sus expresiones faciales que son el origen de mi excitación. Tan pronto como termine de abrirle el pantalón es que quedó al descubierto su virilidad.

- ¡Vaya sorpresa! - comento irónicamente al descubrir que no lleva ropa interior.

-No digas que.... ¡Haaa! – exclama Jung-kook al sentir como lo introduzco de golpe en mi boca para iniciar con el vaivén de mi boca.

Un par de minutos después de haber iniciado con esta mamada y de haber debatido internamente si hacerlo o no, es que me atrevo a comenzar a acariciar sus testículos provocando que la intensidad de sus gemidos comenzase a subir.

Cadenas de Hielo: EllaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora