♱ kazutora hanemiya no llegaba
a relacionar sus necesidades
emocionales. hasta que un día
y de forma totalmente repentina,
describió que necesitaba...
ser amado.
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NOVIEMBRE, 1998 15:36 de la tarde.
Sidney, aquel chico que no hace más de tres horas había sido privado de su libertad, se encontraba en ese colchón sucio, en un sótano obscuro, en una casa de dudosa dirección. Nadie sabía donde estaba, ni siquiera él.
Las heridas de los golpes aún ardían, y las vendas en su cara empezaban a sentirse húmedas por la sangre siendo absorbida por estas.
Se preguntaba como estarían Mikey, Izana y su familia ante su desaparición. Él sabía que los primeros dos mencionados eran muy explosivos si se trataba de alguien que les importa.
Las preguntas no paraban de hacerse visibles en su mente.
¿Por qué él? no tenía ningún lazo parecido con Kazutora, ¿por qué se lo llevó a él?
¿Tan sólo alguien había registrado su desaparición en estas horas?
¿Siquiera alguien había visto algo en el momento en el que fue raptado?
A un lado de él, se encontraba el bicolor sentado en el piso recargado en el muro.
一¿Aún estás procesando todo esto? 一preguntó el de orbes amarillas y pasó algunos de sus mechones detrás de su oreja ver su rostro一. Vaya que te hice sangrar mucho.
Con su otra mano, lo hizo mirar hacia él sosteniéndolo del mentón. El de ojos grises permanecía en silencio.
一Hey, lamento haberte golpeado, pero no voy a lastimarte más. 一se acercó y dejó un leve beso en la mejilla del contrario, el cual enseguida se apartó.
Hubo un corto silencio.
一Sé a qué es difícil aceptarlo, pero ahora estás a salvo conmigo. No necesitas a nadie más, ni a Mikey, ni a Izana.
