Cap 2

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♪Septiembre encontró su amor en diciembre♪

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Jackson hizo una mueca al ver a su pequeño amigo volver a adentrarse una cucharada de helado de chocolate en la boca, dejando una mancha en sus labios rosados que estaban abultados en un puchero.

Se quedó en silencio simplemente mirando su expresión de tristeza con impotencia. Estaba preocupado por él, si seguía así se iba a enfermar, y en su estado no podía permitirselo, así que aún habiendo un alto riesgo de recibir un buen golpe por su atrevimiento, le quitó el tarro de helado de las manos.

- ¡Dámelo! - se quejó el pelinegro tratando de quitárselo inútilmente, pero haciendo oídos sordos ante sus quejas, Jackson lo miró de forma retadora demostrándole que no estaba dispuesto a sucumbir a sus súplicas.

- No, te vas enfermar - negó de forma obstinada y volvió a levantar el brazo cuando él intentó alcanzarlo por segunda vez - Jeon Jungkook, para. Llevas más de la mitad del tarro, te dolerá el estómago más tarde y no quiero que te andes quejando, que luego no me dejas dormir.

- Pero...- levantó un dedo cuando iba a volver a quejarse y el Omega frunció el entrecejo enojado, su olor se agrió y casi gruñe en su dirección. Wang no se inmutó ante sus instintos asesinos - te odio.

- Y yo te amo, y precisamente por eso no quiero verte mal - el chico soltó un suspiro y se rindió en su lucha por conseguir el helado, pues si había alguien más cabeza dura que él ese era Jackson Wang. Cuando se empecinaba en algo, hacerle cambiar de opinión era una causa perdida.

Vio con pesar al Omega acariciar de manera casi distraída su cuello, el mismo lugar en donde había una pequeña marca traslúcida, una que ya estaba desapareciendo, al igual que quien la hizo.

Apretó los labios tragándose las palabras, porque tenía muchas cosas que decir al respecto, demasiadas, pero no era el momento adecuado para desahogar toda la rabia que traía atorada en la garganta y Jungkook no estaba preparado para escucharlo maldecir a ese Omega. En cambio, fue a la cocina a dejar el tarro de helado en un lugar donde supiera que estaría a salvo de su tragón amigo.

Su sobrino más luego le agradecería el no haber permitido que su padre lo ingresara a un coma diabético (si es que eso existía) antes de poder salir de la placenta.

Soltó una carcajada al pensar en el grano de frijol que su amigo llevaba en su vientre dándole las gracias por ser su héroe prematuro.

Hizo una mueca al recordar el sape que se llevó la primera vez que le mencionó a Kook que su bebé parecía un grano de habichuela, casi le sume el cerebro el muy bruto, pero es que esa era la verdad; todo gris, pequeño y torcido, el feto a lo lejos se llegaba a confundir con un Frijolito.

Pero sería el Frijolito más querido del universo.

Un suspiro escapó de sus labios cuando la risa cesó y sólo quedó una sonrisa amarga; miró sin ver realmente la superficie plana del frigorífico, tratando de encontrar una solución para el problema de su amigo (que por asociación era su problema también), pero no la había, más que el tiempo y la distancia y ambos conceptos estaban poniendo cada vez peor al chico.

Jackson Wang no era una persona demasiado observadora, se atrevía a admitir. Sus padres y hermanos solían reírse de él porque siempre era el último en enterarse de las cosas que eran demasiado evidentes para los demás. Como cuando fue el último en enterarse que, Mark, su vecino de la infancia, tenía un ligero enamoramiento por él. En su defensa estaba obsesionado con un vídeo juego por esos tiempos como para prestarle atención a algo más y el rubio no era muy claro con sus intenciones.

El Despertar De La Pasión - [Taekook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora