IV: The Lady on a Cross.

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Warning: Si bien no es una historia que puntualmente tenga descripciones fuertes, algunos temas relacionados a la muerte podrían resultar incómodos. Se recomienda discreción.

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—¿No... No te doy miedo? —dijo ella, sabía que era ella por el tono de su voz. No podía verla en la oscuridad, pero sentía de algún modo que estaba asustada.

—¿Asustarme? ¿Por qué lo harías? Estoy aquí para ayudarte —dije completamente convencido de que se trataba de alguna joven común y corriente, como cualquier otra.

—¿Ayu-ayudarme? —susurró—. Haha... Hace cincuenta años que no escucho esa palabra... Pero... Todos los hombres suelen huir al verme, tú... ¿me prometes no huir?

Tragué saliva al escuchar eso, pero no porque estuviera asustado, sino que era otra cosa. No había peligro alguno al que sentir preocupación, estar alerta, sin embargo la mención provocó que me preguntara si de verdad estaba hablando con una mujer, o si lo que estaba frente a mí era algo mucho más fuerte que eso.

—Adelante. —La determinación se hizo presente en mi voz, luego de una pausa, curioso, a la espera de lo que mis ojos verían. Y creo que, en mis casi veinticinco años de experiencia, jamás había visto algo como lo que vi esa noche.

Por lo general, suelo iniciar mis relatos por el principio, pero en particular no pude evitar mencionar con certeza este momento en particular, pues por mucho que he intentado explicarlo, nunca nadie me cree, no importa por cuántas ciudades yo vaya. Mi nombre es Naib Subedar, conocido en el mundo bajo el seudónimo de Mr Inference, uno que en lo particular ocupo a la hora de realizar investigaciones, pero no de cosas normales como bien podrían ser engaños o platos fuertes como bien podrían ser los casos de asesinato o desaparción. Al contrario, como el hombre escéptico que soy, intento encontrarle una explicación a los hechos sobrenaturales, llegando a la profundidad del asunto, todo con completas intenciones de desmentir, demostrar y proponer la realidad tal y como es. Cartas me han llegado de distintos puntos del país, no sólo del Reino Unido, sino de zonas aledañas, como países de Europa y América, de Norte a Sur, de Este a Oeste. He viajado por tantos lugares demostrando cosas obvias, específicas... Los hechos paranormales simplemente me parecieron ridículos, absurdos... Y no fue un inconveniente para mí ir a Glasgow ése verano, pues llevaba tiempo fuera del país que me dió la mano cuando yo más lo necesité.

El pueblo al que visité, Drumchapel, no parecía ser la gran cosa realmente, sólo un montón de pintorescas casitas, que rodeadas de un precioso verde hacían que las fotos en cualquier punto fueran dignas de un estereotipo de paisaje escocés. Había estado en muchos sitios como ése, pero por alguna razón tenía un ambiente inquietante, como si algo no estuviera del todo bien en cierto aspecto. Eso no me detuvo para realizar mi investigación, hospedándome en la casa de un conocido que convenientemente vivía por ahí.

Lo primero que hice fue tratar de obtener la mayor cantidad de información posible, aquella que no pudiera obtener fácilmente sin acudir a una biblioteca, como lo eran las leyendas e historias, dedicándome a entrevistar a los adultos y ancianos que conocían mejor la historia del sitio. Fue entonces que me hablaron de una leyenda, poniéndome en mejor contexto que el cliente que había enviado la carta principalmente, llevándome a levantar la ceja del motivo principal por el que estaba sucediendo.

Al estar a las afueras de Escocia, en efecto, todos ahí tenían una fijación por el cristianismo. La iglesia que estaba ahí funcionaba por su cuenta desde 1923, por lo que si bien no hubo una quema de brujas como me suponía, la historia que se contaba de cualquier modo tenía que ver con un hecho ilícito dentro de la misma construcción. El cuerpo de una mujer había sido hallado en la puerta de dicha iglesia, hace más de cincuenta años, con su cuerpo casi que completamente calcinado y crucificado, junto con un horrible cartel en el cual anunciaba que eso les sucedía a las "zorras". No se pudo encontrar al culpable, tal vez porque si bien era un hecho espantoso, en varios puntos del pueblo se instauró lo que pronto se conocería como una leyenda urbana, un mito empezado por voces desconocidas sobre una presencia sobre el pueblo.

Nortnaib Week Compilation 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora