𝘀𝗺𝗼𝗸𝗲𝗿 › hyunin

capítulo 05

Hyunjin espera pacientemente en el estacionamiento del centro comercial, mira su reloj cerciorándose de que falta poco para la acción.

Si todo sale bien, su deseo de hace meses se verá cumplido, solo es cuestión de esperar.

Hasta que lo vió llegar.

Jeongin camina rumbo a una pared que le da sombra, se recarga y saca un empaque de cigarrillos del bolsillo de su pantalón, saca uno y lo enciende dando la primera fumada.

Es hora.

— Hola Jeongin —saluda Hyunjin acercándose con una sonrisa cínica —¿Descansando del trabajo?

—Hola, si, en un minuto vuelvo —responde luego de expulsar el humo —¿Fuiste a la escuela?

—Si, salí hace unas horas —responde recargandose al lado de él —es curioso, pero creo que he aprendido a leerte.

—¿Leerme?

—Leerte —responde dándose la vuelta, recarga sus brazos en la pared justo a los lados del chico evitando que pueda escapar de su mirada —he notado tu necesidad de fumar una vez terminas de follar.

—No, no entiendo a qué te refieres —dice nervioso intentando salir de la situación —creo que es mejor que me vaya, tengo trabajo.

—¿Trabajo, pequeña puta? No sabía que tener sexo con tu jefe cuenta como trabajo —reta con la misma sonrisa.

Jeongin se siente acorralado, ha intentado ser cauteloso desde que empezó su extraña relación con Mateo pero no se esperaba que fuera precisamente su hijo quien lo descubriera.

Hyunjin mira con satisfacción como el pelirrojo agacha la cabeza confirmando sus sospechas, todo el teatrito de niño bueno que ha manejado es solo una máscara.

Ahora se da cuenta.

—¿Entonces? —pregunta tomando la barbilla del menor —¿No dirás nada?

—Yo, yo, lo siento —dice por fin —Hyunjin, no sabes...

—No, no sé nada ni quiero saberlo —interrumpe bajando su mano libre a la cintura de Jeongin —pero tal vez mi papá si quiera saberlo.

—Por favor, no le digas nada, te prometo que...

—Ya, ya cállate —ordena casi gritando —escucha, Yang Jeongin, no tienes una idea lo que he pasado por tu culpa, tanto tiempo viendo como haces feliz a mi papá y no puedes darme ni siquiera un poco de atención, te lo he pedido de la buena manera pero como no accedes, supongo que puedo hacer uso de otros métodos.

Jeongin escucha atentamente cada palabra sin saber cómo reaccionar, nunca le ha hecho daño a nadie, mucho menos a Hyunjin.

—Te odio —confiesa Hwang sin temor en su voz —te odio como no te imaginas, eres despreciable porque nadie tiene el derecho de provocar tanto en mí, y de ahora en adelante haré que pagues todo lo que me haces sentir.