Jeon Jungkook es un director, guionista y productor de cine muy reconocido por ser un prodigio en el ámbito cinematográfico. Aunque también es conocido por su insoportable mal carácter, el esfuerzo inhumano que exige a sus trabajadores y el narcisis...
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—Así que, ¿debería exagerar mis expresiones? —preguntó Taehyung, quien estaba acostado boca arriba en un sofá de la oficina secreta de Jungkook.
Jeon le respondió mirando papeles en su escritorio.
—Hazlo y te regreso a estudiar actuación —espetó Jungkook, haciendo reír a Taehyung—. Odio la exageración, una interpretación así puede acabar con tu carrera. Yo quiero el balance y equilibrio de emociones.
Jungkook no solía ser muy empático, no tenía paciencia para explicar así que siempre evitaba ayudar, pero la anterior noche que, inesperadamente, terminó prometiendole a Taehyung ayudarlo a practicar, comenzó a seguir su promesa.
Y ese era el momento perfecto, cuando estaban solos en aquella habitación privada en la que Jungkook solía pasar el tiempo solo y donde ahora lo pasaba con Taehyung.
—Creo que entiendo, ¿qué te parece ésto? —se sentó en el sofá y aclaró su garganta y bajó la mirada para prepararse.
Jungkook dejó sus papeles de lado para mirar a Taehyung. Éste alzó la mirada y dejó ver su expresión triste, llena de odio y nostalgia.
—Así que crees que estoy feliz de saber que amo a un hombre... —rió sin gracia, reflejando su dolor—. ¿Crees que estoy feliz de saber que seré criticado de por vida? Me condenarán al rechazo y las burlas y no es culpa mía, no puede ser mi culpa haberme enamorado...
Al terminar ese pequeño diálogo de prueba, Taehyung volvió a la normalidad y miró a Jungkook con intriga y una sonrisa tímida en espera de un veredicto. Jeon, quien había estado observando su actuación a detalle, apartó la mirada en ese momento.
—Tus habilidades artísticas son... abismales —espetó frunciendo las cejas mientras escribía de nuevo—. Para ser un novato causa curiosidad. Te doy un 9.5.
Taehyung borró su sonrisa y se quedó confundido de lo que eso podría significar exactamente. Jungkook no era muy bueno con las palabras y le costaba trabajo halagar a los demás, así que a veces confundía un poco con lo que realmente quería expresar.
—Director Jeon, ¿está ahí? Soy yo, Hoseok—habló fuera de la puerta susurrando—. Uhm, ¿hay una clave para entrar a esta habitación? ¿Cómo funciona esta oficina secreta? ¿Aún debo fingir que se caerá el edificio?
Jungkook se levantó de su silla y fue hacia la puerta, pero antes de abrir recordó que Taehyung estaba ahí y no quería dar explicaciones.
—Escondete —le susurró a Taehyung.
Kim, exaltado, buscó un escondite y su mejor opción fue correr debajo del escritorio.
Jungkook, al asegurar que Kim no se veía, abrió la puerta y, sin delicadeza alguna, tomó a Jung por el brazo y lo hizo entrar rápidamente para, ulteriormente, cerrar la puerta.
