El vídeo

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En una casa de Royalwood, Michigan, se llevaba a cabo una fiesta de cumpleaños, el cumpleaños número 15 para una personita muy especial para ser exactos. Todos corrían de una parte a otra, arreglando los muebles, los globos, y algunos aperitivos. Después de todo, los 15 de una niña nunca se olvidan.

¿Mamá?...— dijo la quinceañera a su madre que se empeñaba en adornar toda la fiesta con un toque mexicano. Después de todo, Bobby había hecho hasta lo imposible por traer a unos mariachis, aun si tuviera que cruzar la frontera con ellos, él lo haría.

— Dime cariño... — respondió muy amable la mujer de 45 años. Aún con esa edad, conservaba muy bien la hermosura que tenía de joven, y su hija igual. La chica era rubia, de cabellos largos y ondulados como su madre, de ojos cafés como su papá, al igual que la piel de un tono más morena por parte de su familia latina.

—¿Quién es Lincoln?...—

La pregunta la heló por completo, y no sólo eso. La pregunta llegó a los oídos de sus tías, cosa que hizo que ellas paracen lo que hacían para escucharla mejor.

Lori estaba petrificada, sudando frío, con angustia en su mirar. Hace ya más de 20 años que no escuchaba ese nombre, el nombre de su antiguo amor... El de su hermano.

— ... ¿Mamá?...

— ¿Dónde escuchaste ese nombre?— Preguntó con voz carente de emoción.

Con mirada en shock, pálida, como si viera en su hija la imagen de un fantasma.

— ... ¿De dónde sacaste ese nombre?— preguntó nuevamente.

Su hija la veía actuar de esa manera y supo que tal vez tocó algo delicado, algo del pasado de su madre, y al parecer de sus tías y abuelos. ¿Por qué? Bueno... porque todas ellas estaban igual, y sus abuelos Lynn y Rita, conmocionados por ese nombre. Ese nombre que en serio extrañaban, pero sabían que jamás volvería, porque eligió su pecado, antes que su familia.

— Eh, yo recibí esto, esta mañana— dijo mientras sacaba de su mochila un video-caset de color negro, en él iba escrito "la realidad de Lincoln Loud".

— ¡¿Quién te trajo esto?! ¡¿lo viste?! — dijo ella muy asustada porque conocía ese video, y algunas de sus hermanas igual.

— ¡Cielos mamá! ¡cálmate!... No, no lo vi. Después de todo la chica que me lo entregó dijo que era para ustedes, no para mí.

— ¿Una chica?

— Sí. Una pelirroja, vestida de medio militar con un gorro ruso. Hablaba muy mal el español, y estoy muy segura que me llamó perra en ruso.... Pero en fin, ¿quién es? ¿Y por qué se apellida Loud? —  preguntó curiosa. Los Loud presentes eran los únicos que ella conocía, no conocía a nadie más.

— Él... él... mmm... — sabía que no era correcto, no debía decir su nombre. Estaba prohibido por sus padres volver a nombrarlo... pero era su hija, la sobrina de Lincoln.

— Es un primo... lejano de la familia...—  respondió Rita calmadamente, pero por dentro estaba hecha nervios — Cariño, porque no vas a jugar con los pequeños mientras terminamos acá, ¿okey?

— Eh, supongo abuelita. Ten — dijo para darle el video a Lori y retirarse al patio donde jugaban los niños.

Nadie decía nada, sólo observaban a Lori, que a su vez, observaba el video-caset en su mano. Todo era silencio hasta que Lana habló

— ¿Por qué él enviaría un video?

— ¡Qué importa! ¡Deshaste de él lo más pronto posible! — dijo Lola. Su hermano era algo prohibido, algo que muchas de ellas tocaron, y ninguna (como el chocolate) pudo acabar con él.

— ¡¿Estás loca?! — gritó Leni — ¡Eso es la única cosa que hemos sabido de Lincoln en muchos años! Por supuesto que no la quemarán. — al parecer Leni no recordaba la regla que puso su padre para que ellas pudieran volver a casa,... lejos del albino. — tal vez ahí viene algo preciado.

— No... — interrumpió Luna mientras daba suaves tonos con su guitarra en el sillón de la sala. — No es algo apreciado para nosotras... es más para él. Sólo Lori y yo sabemos lo que es, ¿verdad Lori? — ella respondió con un movimiento de cabeza mientras decía.

— Nuestra realidad...

<<Sótano de los Loud>>

Las hermanas se acomodaban en cajas y un viejo sillón de allá abajo, todo mientras Lori prendía una televisión muy antigua para ver el video, no sin antes cerrar con llave la puerta de entrada. La mayoría de las chicas estaban nerviosas, pensaban que Lincoln se grabó insultándolas, despreciándolas, mandándoles mensajes de odio o algo parecido... Todo por abandonarlo. Todas lo abandonaron, una, por una, sin faltar. Mientras Lori y Luna veían con algo de pena como el caset entraba a la máquina, recordando el por qué Lincoln grabó eso. Y recordando... Los Monstruos que alguna vez olvidaron, y ahora no pueden parar de pensar en ellos.

>>video reproduciéndose>>

— ¡¡¡hola amigos!!! o... quién sea que esté viendo esto, jeje. Mi nombre es Lincoln Loud, tengo 25 años, y... ¡soy padre! Bueno. Je, je. No aun, pero ya falta poco...— En la pantalla de la televisión se veía un peliblanco joven, tan joven que era igual al albino que habitaba en las memorias de las demás chicas, tal y como lo recordaban. — Bueno... no sé exactamente para quién es este video. Tal vez para mi hija, tal vez para mis nietos, no sé. Pero si es para ellos es justo que diga esto... mi confesión:
Yo... yo antes vivía con muchas mujeres. Tenía 10 hermanas. 5 menores, y 5 mayores,... , yo era él del medio. Un infierno total en esa casa créanme ja, ja, ja...—  esto hizo nacer una pequeña sonrisa en las hermanas ahí presentes. Tal vez no era para dañarlas ese video, si no para demostrarle lo bien que él estaba.
Pero no todo está bien, Lori sabía cuándo se filmó esa grabación, y estaba muy segura lo que venía. Y la cara cambiante de Lincoln lo demostraba. — Yo... yo cometí un error... uno muy feo. Me enamoré de mi propia hermana. Sí, yo Lincoln Loud me enamoré de mi hermana mayor, Lori Loud. Fue... fue todo un infierno lo que sentía. Fue tanto que..., ya no aguanté y se lo dije. Muchos me dirían enfermo, pero no hubo momento más feliz para mí, que cuando ella me dijo que sentía lo mismo. Era más que obvio que nuestros padres no aceptaron nuestra relación, ni nuestras hermanas, pero sé que poco a poco lo irán digiriendo y se acercaran a nosotros dos. Bueno, tres, ahora somos tres je, je.
Muchos me dijeron que debo tomar una terapia, qué estaba enfermo. "Loco" me llamaron mis amigos, mi familia, mis conocidos. Pero eso ya no importa. Ahora tengo lo que siempre quise... una familia.— dijo el peliblanco mientras una voz como la de un altavoz lo llamaba. "Señor Loud, presentarse a salas de maternidad. Señor Loud, presentarse a sala de maternidad" — Bueno, ese es mi llamado. Al parecer Lori ya salió del parto. ¿Y quién es Lori?... Bueno. Es la mujer más bella del mundo, y la que más amo. Bye.

Estática*

Las chicas miraban a Lori como si ella supiera de esa grabación mas que cualquiera. Ella sostenía el control en manó y miraba la pantalla fijamente, hipnotizada por las situaciones que recordaba muy bien.   

— Lori... — dijo Lana un poco asustada. — ¿qué es esto?

Lori volteó a mirarla fijamente a los ojos. Lana abrió los suyos. Los ojos de su hermana mayor estaban llenos de lágrimas. Rojos por una ira incontrolable dentro de ella, de una tristeza que la ahogaba. Y una pena que condena el alma.

— la peor realidad que existe, Lana...

Cruda Realidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora