Del jardín puedes tomar los girasoles, pero jamás una rosa.
Se que no debo tomarla, pero sus espinas me tientan a tocarla.
Es fragante, pero peligrosa.
Me llama a mirarla.
Se que es envidiosa.
No le gusta que mire otras rosas, o se vuelve quisquillosa.
Más no le digo aún, que me gusta más que el girasol, qué me mira cada que sale el sol.
No me espine, no me lastime por cortarla, me enamore con solo tocarla.
¿Por que no puedo amarla?
En el jardín las rosas se quedan con los girasoles, y los girasoles con las rosas.
Las rosas no pueden estar con las rosas o podran espinarse o eso decía mi madre.
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todas las cosas que nunca dije
PoesíaDiversos sentimientos, perdidos en escritos cortos. Lo siento, no tuve el valor de decirlo.