Prólogo: Padre e Hijo

1.3K 115 43
                                    

Era una tarde despejada y en la cama de un hospital, conectado a múltiples máquinas, había un hombre viejo, su cabello era casi inexistente y su piel era delgada, a su lado había un joven con cabello negro y con una notable complexión. La atmósfera del lugar era lúgubre, era obvio que el viejo estaba en las últimas horas de su vida, por lo que ambos tuvieron una última conversación.

- "¿Cómo te sientes?" - El joven preguntó.

- "Bien, la comida de hoy fue deliciosa y ahora estás aquí, es una buena manera de terminar el día antes de dormir" - El viejo respondió mientras mantenía su mirada clavada en el techo, esto no pasó por alto para el joven.

- "¿En qué estás pensando ahora? "

- "En mamá y mi hermana." - El comentario heló la sangre. - "Las extraño mucho, estoy por reunirme con ellas, pero ¿qué será de ti?" - Por primera vez en la conversación, ambos hicieron contacto visual.

- "No tengo idea... en verdad que no sé qué haré sin ti." - El joven dijo mientras apretaba con fuerza su pantalón.

- "Estarás bien... papá." - El viejo dijo mientras miraba a los ojos de su padre.

- "Dime... ¿Por qué?" - La voz del padre se cortaba.

- "¿Qué?" - El hijo preguntó curioso ante las palabras de su padre.

- "¿Por qué no aceptaste heredar mis poderes? No estarías en esta situación si lo hubieras hecho."

- "Porque entonces serías tú quien estuviera en cama, en sus últimos momentos y hablando conmigo, además, ¿qué sería de este mundo sin ti, el grandioso Monarca de las Sombras?" - Después de eso el viejo soltó una pequeña risa, seguida de una ligera tos.

- "¿De qué me sirve? Este lugar es completamente seguro para la humanidad, incluso si volviera a ese otro lugar no sería lo mismo."

- "Eso, es algo que no puedo contestar."

La conversación paró en ese momento y simplemente pasaron a admirar el paisaje, pues el hospital central de Seúl contaba con buenas vistas a la ciudad, padre e hijo mantuvieron sus manos juntas y dejaron los minutos pasar, una hora después, el monitor dio el pitido que indicaba la muerte del paciente, la mano que el padre sujetaba se volvió fría.

- "Duerme bien, Suho." - Fueron las palabras del padre para después darle un beso en la frente e irse del hospital.

La noche era fría, indicando la llegada del invierno a Corea del Sur, Jin Woo ahora estaba en el cementerio, limpiando la tumba en las cuales se leían las inscripciones: Cha Hae-In y Sung Eri.
Hae-In falleció a los 85 años, ella fue una de las pocas personas que poseían maná que lograron vivir tanto, pues al parecer "El Despertar" tenía un efecto secundario, reduciendo la esperanza de vida, muchos de ellos falleciendo a los 60 o al final de los 50.
Eri, por otra parte, sufrió un desafortunado accidente durante un viaje, una tormenta en el Océano Pacífico hundió el crucero y a pesar de los titánicos esfuerzos de la Marina Estadounidense y Surcoreana, solo 3 sobrevivieron al incidente, la remuneración económica no compensaba la pérdida de un ser querido, pero no podían hacer más.

Después de limpiar la tumba, en la cual su hijo Sung Suho se uniría, alguien se acercó al Monarca, alguien con un aura familiar. - "Gran Monarca." - El extraño habló.

- "¿Qué quieres?" - Tal era la molestia en la voz que incluso podría ser palpable.

- "Los Gobernantes le dan el pésame ante la pérdida de su hijo, Monarca." - La voz del emisario era monótona, no mostraba emoción alguna.

La gabardina se sacudió con viento al igual que Sung al escuchar las palabras, unas simples palabras no harían diferencia alguna, él era el señor de las sombras, el maestro de la muerte y regente del caos, algo que los Gobernantes sabían y a pesar de ello hicieron algo tan estúpido como eso.

Un nuevo inicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora