Episodio 05

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ESCAPE.

Cuarto día

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Cuarto día.

El amanecer estaba cerca pero el cielo seguía de un tono gris opaco pero sin ninguna estrella.

Y el hombre indio no podía ser más extraño.

Por alguna razón, que el Mustang desconocía —después de todo no hablaban él mismo idioma.— el humano de pocas ropas estaba haciendo sonidos de un búho y aún que sonara descabellado, del otro lado de las paredes que los rodeaban algo o alguien le respondía de igual forma, similar a los aullidos de un lobo.

No parece el canto de un búho de verdad, aún que... —pensó confundido Valt, luego frunció su ceño.— ¿Se estarán... comunicando?

Después sucedió lo que menos esperaba el caballo salvaje, del cielo cayó un objeto, el dio un reparo por ello y arqueó una ceja cuando el indio tomo «eso», lo empezó a subir por su cuerpo gracias a su flexibilidad hasta ocultarlo detrás de sus manos que seguía atadas al póster, este al notar la mirada del corcel cimarrón asintió con determinación en su dirección.

Valt bufo negando por la actitud del humano, no lo comprendía, por un momento se le atravesó la vaga idea de que quizás también el quería escapar como él, era similar a los otros hombres pero lo trataban diferente, suspiro para relajarse, se preguntó internamente qué debía hacer, tenía uno plan sin embargo no aseguraba por completo su escape ni la de los demás.

Sabía que tenía que seguir luchando pero no podía dejar a nadie atrás.

De repente, el sonido de las cornetas y soldados moviéndose en grupos de un lado a otro alarmó a el Mustang y se preocupó, retrocedió un paso cuando la mirada del Coronel se conecto con la suya y lo miró fijamente, sus ojos tenían algo distinto, no tenían la misma superioridad como la primera vez que llego.

—Con su permiso señor, el ferrocarril del norte a manifestado preocupación, algunos indios han interferido con la creación de nuevas vías en las rutas establecidas, ellos piden más soldados para...-

—¿Cuantos días han pasado? —preguntó el Coronel fumando su típico cigarro, sin quitar su semblante serio en cuanto cortó el informe del soldado.

—¿Disculpe?

—El Caballo.

Wakiya recién abrió los ojos por el alboroto causado, recién despertaba cuando otro soldado tomó una cuerda para amararlo alrededor de su cuello y hocico, después fue llevado cerca del corral principal donde habían dos caballos más atados. El caballo ojiazul trató de mantener su mirada fría y distante frente a otros pero en ese momento, cuando noto el Aura que envolvía a su humano, sus patas temblaron ligeramente.

El momento había llegado.

—Ah, tres días señor. —respondió confundido el soldado.

El Coronel dio un respiro y liberó el humo contenido, en ningún momento apartó la vista de Valt amarrado en el corral. Frunció su entrecejo molesto, ninguno de sus soldados —ni los mejores.— lograron domar a el nuevo caballo, el cual les estaba causando tantos problemas, no solían tardar tanto en domesticar caballos salvajes, ellos eran eficaces, estrictos y rápidos, más ahora por la misión que tenían que cumplir.

Siempre Volveré | Bey Spirit.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora