Epílogo

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Aqui concluye esta historia.
Ha sido todo un desafío y un largo viaje.

Agradezco de todo corazón a mis hearties latinas, sin su apoyo y motivación constante esta historia nunca hubiera sido escrita 💖💖
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Advertencia: Contenido 🔞🔞🔞

Epílogo

El sol apenas comienza a salir, bañando el paisaje campestre en una luz pálida y tenue. 

Es tan temprano que aún no se oye movimiento en la gran casa rústica ubicada a las afueras del pueblo, donde vive un singular grupo de jóvenes que viven de la tierra y se cuidan como si fueran familia.

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Max despierta con un delicioso aroma en su nariz. Entonces, sin abrir aún los ojos, entierra más su rostro en la suave pelusa de la cual emana aquel olor y por instinto, o costumbre, se apega imposiblemente al delgado cuerpo con el que yace compartiendo la cama. 

El pequeño cuerpo hace lo mismo, apretándose más contra su pecho y guiando sus brazos para que lo envuelvan completamente desde atrás.

Entonces una suave y preciosa voz que él conoce muy bien le susurra:

—Buenos días, babe…

Max sonríe y responde:

— Buenos días, teerak. 

Luego baja un poco la cabeza, escondiendo el rostro en la nuca de su compañero y depositando allí un beso suave y perezoso.

— Me gusta como hueles con el nuevo shampoo que usas —murmura contra su pálida piel.

—Ah, sí? Tu protegida me lo regaló, dijo que se lo agradecieras luego —responde Nat, sonriendo travieso.

— Oii, todos son mis protegidos y los quiero por igual.

—Pero sólo una entiende tan bien tus cosas de lobo.

—Eso sí.

La habitación vuelve a quedar en silencio y Max está a punto de caer dormido de nuevo, cuando Nat toma una de sus grandes manos con la suya y la mete por debajo de su camiseta, dejando que descanse a palma abierta contra su pecho. Su pareja suele hacer eso para sentir más su calor, pero la atención del lobo inevitablemente se enfoca en ese dulce contacto, despertando su interés.

Max decide su próximo movimiento y posa sus labios contra la base del cuello del más joven, justo donde da paso al hombro izquierdo y donde se encuentra la marca de pareja que le hizo cuando consumaron su lazo. 

—Mmm… —se estremece Nat, la zona donde el lobo lo mordió es muy sensible.

El mayor deposita besos sobre la marca, los cuales de a poco se van haciendo cada vez más intensos y húmedos, mientras su mano capturada juega con la anatomía del pálido pecho.

— P'Max… —suspira el más joven, con la respiración agitada. 

Sus dulces sonidos encienden rápidamente el cuerpo del lobo. Entonces éste succiona sobre la mordida, arrancando una serie de gemidos del cuerpo más pequeño. 

Nat guía hacia abajo la mano que está sobre su pecho, para que Max se ocupe de lo que provocó dentro de sus pantalones.

Mientras toca y le da placer a su pareja, el lobo da suaves mordiditas y besos por su nuca y su hombro, alternando su lengua para lamer la sensible piel. Los colmillos de Nat no tardan en asomarse, mientras tiembla entre los brazos de su P'Max.

[MaxNat] Escrito En Sangre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora