𝓟𝓻𝓸𝓶𝓮𝓼𝓪𝓼 𝔂 𝓜𝓲𝓵𝓪𝓰𝓻𝓸𝓼 [XiCheng]

Capítulo 13

Salto de tiempo, unos años después.

¡Último capítulo antes del epílogo!

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Advertencia: Como se indica en las etiquetas, no hay reconciliación y redención para WangXian. Por favor, salga de este fic si se siente incómodo con eso.

"¡A-Yue! ¡Espérame!" Se pueden escuchar pequeños pasos sobre el pasillo del Muelle del Loto mientras dos niños corren, persiguiéndose unos a otros.

"¡Ah! A-Die dijo que es la hora de la música!" La voz de una niña habló. "¡Date prisa, A-Yu!"

Girando algunas esquinas más, Jiang Cheng vio sus milagros. Cogidos de la mano mientras corrían hacia sus padres en su habitación.

"¡No corras en el Muelle de Loto!" Lan Xichen habló, fingiendo regañar pero riendo.

"En serio, Lan Huan." Jiang Cheng puso los ojos en blanco.

Sus hijos fueron instantáneamente a sus padres. Jiang Yingyue fue a su A-Die y Jiang Yu a su baba. Los dos se acomodaron cómodamente en sus piernas y sonrieron.

Lan Xichen había estado jugando el guqin y a veces Liebing a los niños, Jiang Cheng al principio se sorprendió con cómo Lan Xichen fue capaz de tocar el guqin después de lo sucedido, pero el hombre tenía estrellas en los ojos cada vez que los niños se dormían sonriendo después de escuchar a su padre jugar.

Se ha convertido en una rutina diaria para la familia, después de la cena los niños se preparaban para la cama y Lan Xichen tocaba para ellos como su canción de cuna.

"Cálmate ahora, mis milagros." Lan Xichen habló suavemente, su Luna se puso cómoda mientras ella se recostaba en el pecho de Lan Xichen mientras su jade tenía sus brazos abrazando a Jiang Cheng, su cabeza acurrucada en el pecho de su padre.

Lan Xichen comenzó a rasguear el guqin, tocando la suave melodía que él mismo había compuesto para sus milagros.

Había pasado por mucho, sin embargo los cinco años que había pasado con su familia habían sido los mejores años de su vida. Había luchado por arreglarse, para limpiar su mente, para aceptar todo lo que había sucedido, para dejar ir el dolor y la herida que había guardado en su corazón.

No podría haber logrado este tipo de vida si no fuera por el hombre a su lado, Jiang Cheng estaba sonriendo mientras tarareaba la melodía, su voz complementando el guqin.

Lan Xichen sonrió alegremente. Su corazón late rápido al oír cantar a Jiang Cheng.

Después de que los dos niños se habían quedado dormidos, Jiang Cheng y Lan Xichen los habían llevado a sus camas, dándoles besos en la frente antes de salir. El dormitorio compartido de sus milagros estaba justo al lado del suyo.