Capitulo 1: Una tragedia, un motivo

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Golpea el saco de box hasta que este cae al suelo destrozado. Entrenar a Carol Danvers le servía para relajarse y pensar mejor. Sin embargo, esta vez era diferente ya que no podía pensar en qué lugar los refugiados kree podrían estar mejor. Ella no quería que fueran a un planeta de su natal raza puesto que solo en la capital fue donde los kree evolucionaron a la nueva mentalidad de que todo en su vida no era guerra, más en los otros planetas del imperio nada había cambiado, fue por eso que los mandaron lejos del imperio.

Derrama un par de lagrimas al recordar que su mamá también hizo lo mismo en el pasado, huyo de Hala para tener una mejor vida en la Tierra y fue así como conoció a su padre, para luego tener una familia. Esos niños y jóvenes también merecían ser felices como lo fue su madre. Ella se encargaría de eso, de que no fueran marcados por el régimen de su raza.

– Debo ser más fuerte – se limpia las lagrimas a la par que una idea de prende en su mente – Debo volver a tener poderes y ya que no puedo tener los de antes...

Aunque para ser sincera eso no lo podía asegurar, no había visto a Rogue desde que le quito los poderes y nadie se molesto en ayudarla para recuperarlos. Sin embargo, luego de meses de búsqueda por su propia parte, se había cansado y resignado a su nueva vida. Volver a tener sus poderes de antes no era una posibilidad, no obstante...

– Puedo conseguir otro tipo de poderes – deduce al pensar en cierta persona – Magia de una hechicera – sonríe de lado al recordar la historia de Stephen Strange

Él en sus inicios fue un médico, era un humano común que aprendió magia, por ende cualquier otra persona también podía aprender, incluyéndola a ella. Así que sin esperar más, Carol se da una ducha rápida para cambiarse y dirigirse a "177A Bleecker Street", la ubicación del Sanctum Sanctorum. Aquel era el Santuario de hechiceros que era resguardado por Stephen Strange, el conocido Hechicero Supremo.

Toca la puerta del lugar siendo transportada a los instantes al interior del lugar.

– Carol Danvers... – la nombra el hechicero a modo de saludo acercándosele

– Stephen – lo llama por su nombre también

– Que sorpresa verte por aquí – señala un lugar para hacer que ambos aparezcan sentados en dos muebles con una mesa de por medio – ¿Té?

– Yo prefiero café, pero un té está bien – contesta la rubia para aceptar la bebida

– Debo confesar que tu presencia me es inusual – empieza a hablar Stephen

– Lo sé – termina de beber su te para responder – Yo sé que esto no es algo común, Stephen, pero espero que tampoco sea algo que rechaces

– Adelante... – pide que continúe hablando él al verla algo dudosa

– Quiero que me enseñes magia – confiesa finalmente sus motivos para estar ahí dejando por completo sorprendido al pelinegro

No esperaba esa petición por parte de ella, claramente sabía de su ausencia de poderes, pero de ahí a esperar obtener un poder mágico por medio de entrenamientos era algo que no creía que haría con tal de volver a ser una heroína.

– Carol, entiendo tu situación, pero lamentablemente...

– Escúchame antes de tomar tu decisión – lo interrumpe y al verlo asentir con la cabeza vuelve a hablar – No hago esto para ser una heroína de nuevo, ni esperar volver a los Vengadores o algo parecido. Solo quiero sentirme útil, Stephen. Además de que los necesito para ayudar a los refugiados kree

– Me entere lo del decreto, lo lamento – dice él con sinceridad puesto que de haber estado esa decisión en sus manos se hubiera negado, era cuestión de empatía

Capitana Marvel: La Última VengadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora