Capitulo 8: La liberación de un poder

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Aterriza en el 177A Bleecker Street, la dirección del Sanctum Sanctorum, donde vivía Dr. Strange. Al observarla en la calle, algunas personas corren y otras se quedan expectantes a ver que haría. La Capitana Marvel solo atina a romper la puerta del lugar para poder entrar sin problemas, siendo las puertas reconstruidas al instante y estando el lugar en total oscuridad.

– Se toca antes de entrar ¿Sabes? – le dice Stephen volando del segundo nivel hasta el primero para estar frente a frente a quien fue su amiga

– No creo que necesite anunciar mi llegada – contesta con simpleza la rubia

Y Stephen, por unos momentos quiso empezar a reclamarle todos sus actos y el obligarlo a ir contra ella, más no pude al ver el aspecto de quien considero alguna vez la heroína más hermosa que conoció. La mitad de su cabello estaba negro y el rubio que le quedaba estaba casi decolorado, el uso del Darkhold hacia sus efectos ahí y en sus manos por completo negras consumidas por la oscuridad. En sus ojos alrededor estaba un negro intenso como si fuera un antifaz, pero no tenía nada de que ocultar ya que al igual que su cabello y manos, sus ojos ya no eran dorados claros cual sol, se habían oscurecido.

– ¿Por qué, Carol? – cuestiona él aun perplejo de su apariencia, su traje estaba manchado de sangre y no se molestaba en si quiera ocultarlo

– La respuesta es obvia, Stephen... – mueve su mano a la par que hace que ambos vean un recuerdo – Yo vine aquí para pedir tu ayuda, para que me enseñaras magia y así proteger a los refugiados kree ¿Y qué me dijiste? – alza la voz indignada ¿Cómo se atrevía a preguntarle?

– Que es peligroso que alguien tenga tanto poder. Y es cierto, solo mírate – hace aparecer un espejo delante de ella para que vea su aspecto – Haz usado el Darkhold y te está corrompiendo cada vez más

La Capitana al verse en el espejo nota que el negro en su cabello había aumentado y que el dorado de sus ojos ya ni se veían. Inevitablemente baja la mirada dándose cuenta de que quizás Stephen si tenía razón, se iba corrompiendo con el pasar del tiempo. No obstante, recibe una fuerte pulsación en su cerebro, algo no la dejaba razonar por completo.

Cierra los ojos unos instantes para luego volver a abrirlos con una energía con la cual deshace el espejo que hizo Stephen.

– Sí... – lo ve fijamente con odio – Porque alguien se negó a enseñarme magia. Si tan solo me hubieras dicho que sí... – piensa en aquel momento en que sintió su rechazo cuando esperaba su apoyo – Quizás las cosas serían distintas, sabría que contaba con alguien, no me sentiría tan sola y rechazada

– ¿Y por eso asesinaste a Bruce, Wanda y a sus hijos? – pregunta el hechicero indignado, no entendía la lógica de asesinar a aquellos que fueran inocentes

– Te falta contar a los Vengadores – alega con una sonrisa burlona y orgullosa por lo cual Stephen retrocede – Ellos más que nadie merecían pagar. El resto que mencionaste fueron por otros motivos, se negaron a darme una solución y los jóvenes, bueno, se interpusieron en mi camino

– Sí, a todos ya les ha quedado claro que quien se interponga en tu camino morirá. Ese mensaje...

– ¿Fue grandioso, no? – cuestiona con caminando de un lado a otro – Me alegra que lo hayas visto, porque entonces entenderás que hago aquí

– Vienes a eliminarme – deduce lo evidente Stephen mientras retrocede haciendo sus escudos mágicos en posición de pelea

Sin embargo, para su sorpresa Carol solo niega con la cabeza extendiendo sus manos en son de paz para hacer que baje sus escudos. El hechicero claramente no se quería confiar, pero luego de mucho tiempo veía en los ojos de la rubia, a pesar de su oscuridad, un brillo que solo vio cuando estuvieron juntos en la cama cuando fueron amantes. Extrañado, retrocede, pero aun así ella se acerca.

Capitana Marvel: La Última VengadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora