𝐂𝐎𝐌𝐀 ✞︎ 𝐌𝐢𝐧𝐥𝐢𝐱

XI

Minho miraba desde el sofá a Felix, quien estaba en la cocina junto a Chan y le sonreía. No le gustaba que le sonriera a otra persona, quería esa sonrisa para el.

— Hola, amorcito. — Lee rodó los ojos al oír ese apodo, no le gustaba que le dijera así.

— Sabes que odio que me llames así y lo sigues haciendo. — bufó y el menor se sentó sobre sus piernas, tomando su cara con sus manos.

— Es de cariño, ¿acaso no quieres un poco de amor? — Han hizo un puchero y beso los labios de su mayor.

En ese momento, Felix salió junto a Chan, este último lo miró con algo de preocupación ya que ambos presenciaron la escena de esos dos, pero el menor le restó importancia encogiendo sus hombros.

Caminaron hacía el estudio que tenían en el departamento, en el estaba el piano que Felix amaba tocar. Era uno de sus pasatiempos favoritos.

[✞︎]

Minho escuchaba la hermosa voz de su sushine, la puerta del pequeño estudio estaba abierta y pudo verlo y escucharlo a la perfección.

Este se miraba muy concentrado, mientras tocaba las largas teclas blancas y cantaba.

Felix se dio cuenta de la presencia de su mayor y dejó de tocar para verlo.

— ¿Qué haces aquí? — cuestionó, ya no sería ese niñito tímido, y mucho menos con alguien como Minho.

— Yo... solo escuchaba lo hermoso que cantabas. — sonrió, esa sonrisa que amaba Felix, pero ya no más.

— Uhm, bueno deje de hacerlo, ahora puedes irte.

— Hablemos. Necesito decir-

— No me interesa tus explicaciones, me has dejado en claro que nunca te interese. — el menor camino hacia la salida, pero su escapatoria no tuvo éxito.

— Te he dicho que hablemos. — tomo al menor por los hombros, haciéndolo chocar con la puerta.

Poco a poco fue acercándose, tan solo quedando a pocos centímetros del rostro contrario.

Y sucedió.