𝐓𝐡𝐞 𝐆𝐡𝐨𝐬𝐭 [actu lentas]

𝟐𝟔

—Can we be friends?

Roronoa Zoro, antiguo primer oficial del Rey de los Piratas, que lucho contra los piratas más fuertes existentes en aquella época, capaz de dañar a la bestia de Kaido, estuvo cerca de la muerte muchas veces pero todo eso no se compara con la situación actual, el muchacho peli verde yace sentado en una silla en una sala de descanso del hospital, con los codos recargados en las rodillas y el rostro puesto entre sus manos, mira fijamente el suelo; mientras procesa la situación.

—Vi el interior de una persona —murmura para sí mismo.

Law no tarda en poner los ojos en blanco y dar pequeñas palmaditas a la espalda del menor.

—Vi el interior de una persona —repite, ahora con más lentitud remarcando cada palabra.

—Has visto cosas peores Zoro-ya, no es la gran cosa —sisea frunciendo las cejas.

El menor permanece en silencio durante unos segundos y lentamente aleja su rostro de sus palmas para gira lentamente la cabeza y conectar miradas con el mayor, se miran fijamente y lentamente la mano derecha del menor aprieta uno de los brazos ajenos.

—No lo entiendes Trafalgar, vi el interior de una persona.

—¡Oh por Dios! —exclama ya harto el moreno, soltándose del agarre ajeno para tomar los hombros del menor—. ¡Lo has repetido más de cien veces en estos treinta minutos Zoro-ya!

El peli verde mientras que es sacudido no cierra la boca, siendo demasiado dramático para el gusto del mayor, quien sigue gritándole que cierre la boca de una vez, tan metidos estaban en su propia escena que ninguno nota cuando un chico de cabellera castaña asoma la cabeza a la sala y les mira con duda, lentamente se acerca a los mayores y toca el hombro del peli verde, que pega un brinco.

—Oh, no era mi intención asustarlo —se disculpa con rapidez Chopper, mirando apenado al chico peli verde, hay que admitir que tiene cierta curiosidad por este.

—¿Necesitabas algo, Tony-ya? —cuestiona Law, pellizcando la nuca de Zoro para que deje de mirar fijamente al menor presente que está comenzando a temblar cual gelatina.

—Doctorine, quiere que, am, haga un papeleo —responde trabándose con sus propias palabras, subiendo y bajando la mirada entre los dos muchachos mayores.