PHONK ;; WonKi ;;

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• ꒰ aggressive music ꒱ •

Habían pasado ya dos semanas.

Heeseung había vuelto finalmente de su reposo temporal.
Había vuelto con muleta por una parte.
Riki no se separaba de él. Lo que hacía que pasará más tiempo con los dos amigos del coreano; Jungwon y Sunoo. El dúo caótico de niños.

Ambos menores cuidaban todo el tiempo de su mayor. Haciéndo que este intentará escaparse aveces con Riki al gimnasio.
Pero hasta allá, los dos jóvenes lo acompañaban.

Por eso estaban allí.
En el gimnasio, viendo cómo los del equipo de baloncesto entrenaban, mientras ellos estaban sentados escuchando la música que el mismo entrenador les había puesto a su equipo para motivación.

Heeseung antes de entrar al gimnasio detrás del japonés, los paró y les había dicho algo que los había dejado un poco ansiosos y nerviosos.

"─ Generalmente cuándo entrenamos, nos solemos sacar las camisas. Así que no se asusten cuándo vean a uno sólo con pantalones. Ah, y la mayoría de las veces siempre es Riki el que comienza con eso."

¿Ansioso? Sí, lo estaba.
¿Nervioso? Bueno, quizás.
¿Emocionado? Más que nada en este mundo.

─ Es primera vez que faltó a una clase para venir a ver a estos cerdos entrenar. ─soltó Sunoo, comiendo una barrita de cereal y mirando con atención a los chicos que se tiraban el balón entre ellos.

Jungwon asintió, estando de acuerdo con lo que su amigo decía.

─ Jamás había hecho esto. ─aclaró el menor─ Me siento malvado. Nunca me había salido en horario de clase.

Heeseung miró incrédulo a sus dos menores. Quiénes estaban concentrados en el equipo.

─ ¿Ni cuándo falta el profesor?. ─preguntó sorprendido.

─ Jamás.. ─murmuró Jungwon.

─ ¡Ay, no! ─soltó un asustado Sunoo, tapando sus ojos con ambas manos.

Lee volvió a mirar a la cancha y vio que Riki se había quitado la camisa, dejando ver su cuerpo bien trabajado.
Rió bajo y con gracia por eso.
Recordó que a su lado estaba el pequeño pretendiente del japonés. Así que miró a este, esperando encontrarse al pequeño concentrado en el cuerpo de su crush. Y vaya que no se equivocó.

El tierno Yang, miraba con un brillo inexplicable en sus ojos el precioso torso trabajado del japonés.
Sus abs estaban formadas en orden. Lo que daba a entender que se enfocaba bastante en su abdomen.
No pudo evitar pasar su mirada por todo el torso del chico. Era precioso, y malditameente caliente. Sus hombros anchos, y brazos marcados hacían que su cuerpo pida para ser tomado por estos con fuerza.
La pequeña cintura del más alto hacía ver su figura más bonita.
Las ganas de tocar el pecho del japonés crecieron más al ver lo increíblemente marcado que tenía este.
Las venas se marcaban con demasía en brazos, y zona baja del abdomen, bajando aún, y dejando a la imaginación lo que había debajo de ese buzo negro.
Jungwon había dejado de pensar al ver gran maravilla frente a sus ojos. Pero sintió desfallecer al ver cómo el japonés se daba la vuelta para empujar a uno de sus amigos que lo molestaba, mientras reía con él. ¡Dios Santo! Su espalda era hermosa. De piel levemente acaramelada y musculosa, no en demasía. Su cintura pequeña, hacía que se emocionara al tenerlo frente a sus ojos.

Oh, no.
Sus manos picaban por poder tocar ese cuerpo tan perfecto.

Por inercia miró la bonita espalda libre de imperfecciones del mayor. Para luego mirar sus largas uñas.
Sacudió su cabecita rápidamente. No pensaría en esas cosas cuándo tenía a sus amigos a su lado.

─ Qué asco, ─se quejó su mejor amigo a su lado─ sus cuerpos brillan por tanto sudor.

Jungwon suspiró en su lugar, sonriendo un poco. Heeseung a su lado rió suavemente.

Otra vez, Sunoo había hecho uno de sus comentarios tan suyos.

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El trío de chicos salía finalmente de aquel gran gimnasio. Ambos menores salían al tanto de Heeseung, ayudaban hasta con lo más mínimo al mayor. Aburriendo un poco a este con tanta atención en su persona.

Cuándo ya estaban en la esquina del pasillo, una voz conocida los llamó, haciéndo que los tres chicos girarán para ver a sus espaldas al alto japonés que corría en su dirección, sin camisa.

─ Ponte camisa, que asco. ─se quejó el de apellido Kim.

─ Oh, sí, perdón. ─dijo─ Es que vi cómo salían y corri rápido antes de que se vayan por completo. ─aclaró.

Heeseung sonrió.

─ Es viernes, Sunoo. Riki sólo se quiere despedir. ─dijo─ Porque a eso vienes, ¿no?.

El pelinegro asintió rápidamente.

─ Venía a despedirme, porque nos veremos hasta el lunes. ─dijo─ Pero también venía a preguntarles si Heeseung les había hablado sobre la fiesta de baloncesto de mañana que habrá cómo celebración por cinco partidos ganados consecutivos.

Heeseung rió.

─ Lo olvidé. Pero bueno, ya escucharon.

Yang y Kim se miraron entre sí. Sin entender muy bien a lo que se refería el mayor.

─ Los quería invitar. ─sonrió─ Claro, no a la fiesta. Ya que ninguno de ustedes es de salir a esas cosas. Pero quería invitarlos a pasar el rato conmigo en la noche. ─siguió─ La fiesta será en mi casa. Pero podríamos salir entre nosotros a otro lugar. Ya saben.

Sunoo asintió inmediatamente.

─ Yo llevaré a Jungwon. No te preocupes, Riki. Él irá conmigo. ─sonrió.

Jungwon lo miró mal. En ningún momento había confirmado su asistencia.

Riki asintió sonriendo en grande.

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