¿Podrá una apuesta que unió un gran amor de dos personas con diferente personalidad, ser la causante del final de este mismo gran amor?
Uno de ellos tendrá que aprender a luchar mas por ese amor después de la verdad
y el otro tendrá que tratar de es...
*Señor puede por favor abrocharse el cinturón, estamos a punto de despegar...
Siento como una señorita me toca del hombro mientras me dice esto, haciendo que vuelva sin yo querer a la realidad. A través de mi ventanilla observo como poco a poco se mueve el avión, directo a mi nuevo destino, lejos de él, ahora ya no es ella la que hace que me duela el corazón, no ahora ya no hay rastro de ella, pero lo peor es que ahora el dolor, el sufrimiento que tengo, el que siento por él, es mucho peor de lo que fue por ella, dándome cuenta que de que el verdadero amor solo lo conocí con él, el único que hizo que me fuera de mi país, del lado de mi familia por miedo a verlo, por miedo a no poder superarlo, de no olvidarme de él, de Kit.
*Uhh...- llevo mi mano a mi pecho apretándolo tratando de soportar el dolor que me causa incluso recordar su nombre, haciendo sin querer regresar a aquel tiempo, el tiempo donde fui feliz con él, donde una apuesta me llevo a conocer a lo mas hermoso que pude haber vivido, a conocer lo que era el verdadero amor, bueno, aunque solo haya sido para mí.
Nos separamos después del beso y simplemente nos quedamos mirando el horizonte tomados de la mano, no hacía falta decir más. Estuvimos un tiempo hasta que sentí a Krist temblar.
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*Tienes frio? – sin pensarlo me quité mi chaqueta y se la puse encima.
*No P' espera... - vi como intentaba quitársela para devolvérmela por lo que lo detuve.
*Déjatela... - le tomo la mano y lo conduzco al carro, quisiera quedarme más tiempo, pero ya es tarde y no quiero que se resfríe y luego tener que regañarle por ir a clases enfermo por lo necio que es.
Llegamos al edificio de su departamento y bajamos del auto.
*Nos vemos mañana pequeño – le digo caminando hacia él, lo tomo de la cintura para acércale a mí, con mi otra mano le tomo el rostro, delineando con mis dedos sus labios, veo como se tiñe de un rojo intenso sus mejillas, pero no aparata la mirada de mí, por lo que sin esperar más beso esos labios carnosos y apetitosos que tanto deseo.
*Bueno Kit, nos vemos mañana. – le doy un ultimo beso. – Vamos ya es tarde, tienes que dormir porque mañana todavía hay escuela – poso mi mano en su mejilla y la pellizco suavemente – y sé que no te gusta faltar – sonrió ante su puchero que me muestra, como quisiera quedarme con él, pero es tarde y debe descansar.
