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─── ❝ MISS REBELDIA ❞ ───
one | the list
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SOPHIE GRACE
NADA COMO LEVANTARSE porla mañana con el sol veraniego acogedor y un rayo de sol en los pies de mi cama. Excepto que odio el calor, y odio mucho más los rayos del sol.
─ Necesito el auto. Puedes irte en autobús o en motocicleta. No seas tan dramático, Jeremiah. ─ Se escuchaba a mí madre hablando desde el primer piso.
─ Bueno. Pero no llevaré a Sophie. ─
Gloriosa mañana. Mí hermano haciendo berinche por mínimas cosas, mí madre tratando de ponerlo en su lugar, y mí padre comiendo su desayuno en la sala. Solo quedaba que mí gato apareciera para empezar a morderme cómo de costumbre.
Se suponía que hoy sería un día tranquilo. Sin gritos, ni drama, ni "odio a Sophie y ojalá se vaya de esta casa". Supongo que es lo que me toca por vivir en una casa de dramáticos.
─ Okey Sophie, allí está tu desayudo. ¡Ah! y te irás sola cariño, ¿sí? ¡Ah! Y no lo olvides, no quiero problemas este año. Suficiente con que el año pasado quisieran expulsarte. ─
─ Sí mamá, prometo que este año no será como el anterior. Ya aprendí mí lección. ─ Rodé los ojos de una manera muy sutil. Apenas eran las siete de la mañana, no quería problemas con mamá.
Pero... vamos. Obviamente me metería en problemas. A veces ellos me llegan sin yo buscarlos. Es verdad que es más probable que yo los ocasione, pero también vienen por su cuenta, y es un maldito dolor de cabeza. Cómo un grano en el culo.
─ Bueno mami, no estás hablando exactamente con miss perfecta. No esperes mucho. ─ Habló Jeremiah.
─ Lástima que si estás hablando con miss berinchudo, y seguramente ya va llorar porque no le diste el auto. ─
─ Deja de decir estupideces Sophie, no voy a llorar. Mamá dile algo a tu hija. ─ Se quejó el bobo de mi hermano.
─ Sophie, no molestes a tu hermano. A veces es mejor quedarse callada. ¿Así es como dicen ahora, no? Calladita más bonita. ─
Apenas empezó la semana y ya querían pelear. No iba a estar con dos personas que juegan a hacerme pasar un mal momento, así que me fuí. No sin antes pegarle a mí hermano en el hombro con mucha fuerza.
─ Sophie que te dije de molestar a tu hermano, sabes que a él... ─
No escuché más. Me hice la tonta y me puse mis auriculares. Salí de mí casa rápidamente, sin importarme por si cuando volviera no me abrieran la puerta de mí casa.
