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─── ❝ MISS REBELDIA ❞ ───
six | revenge
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SOPHIE GRACE
─ ¡Despierta ya tonta! Estás llegando tarde
Un zarandeo innecesario hizo que naciera un mal humor en mí por despertarme de mí hermoso sueño con Tom Holland. Y fue peor cuando vi la fea cara de mí hermano mayor.
─ ¿Que hora es? Y, ¿Qué haces aquí? ─ Masajeé mis ojos con pereza esperando despertar del todo.
─ Son las siete de la mañana, pero no seas vaga y levántate niñata. ─ Respondió el castaño.
─ ¿Estás jodiendo Jeremia? ¡Falta más de una hora para entrar a la escuela! Ya salte de mí habitación y deja de joder ¿Quieres? Molesto del demonio. ─ Dije levantando las colchas que calentaban mí cuerpo.
El solo rió y se fue saltando de el cuarto. Realmente no quería vestirme, pero sabía que si llegaba a acostarme en mí cómoda cama de vuelta, ni mil trompetas me despertarían.
Me cambié rápidamente después de mirar un rato un zapato cualquiera de mí habitación y bajé al primero piso. Desde las escaleras se podía oler el café mañanero y las tostadas recién sacadas de calentar. Pero de igual manera no paré a desayunar.
Con todo el tiempo de sobra que tenía por culpa del idiota de mí hermano, podía aprovechar y hacer un recorrido de la isla, solo por diversión. Agarré mí desayuno y me encaminé hacia la salida.
─ Buenos días para ti también Sophie. Que te vaya muy bien por cierto, ¿Te acuerdas que somos tu familia? ─ De un salto mí madre se puso adelante de la puerta, bloqueandola por completo.
─ Buenos días mamá, ¿Me das permiso? Quiero llegar temprano hoy.
─ Eso era todo lo que quería escuchar, no era tan difícil ¿Verdad? Tu hermano lo hace sin que se lo tenga que pedir Sophie. ¿Que pasa contigo?
Y ahí estaba de vuelta. Lo único que pudo salir de mí boca fue un suspiro. Por suerte mientras ella hablaba dejó de bloquear la puerta principal, por lo cual sin pensarlo dos veces abrí y me fui.
Estos días había tenido unas pequeñas peleas en mí casa, lo admito, y también admito que desarrolle un pequeño gusto al no pasar mucho tiempo en la misma.
Pero vamos, cualquier persona que pasara más de dos semanas en esa casa le pasaría lo mismo ¿No?
(...)
Después de un rato de recorrer una parte de la playa en bicicleta, decidí dirigirme de una vez a Marina Pequeña. Lo cual no me tardó mucho, ya que en menos de cinco minutos ya me encontraba colocando mí bicicleta en un lugar y caminando hacia la entrada de la escuela.
