Otra fría noche de Halloween, en dónde el androide RK900 se cambió la cabeza por una calabaza (cortesía de Cyberlife) que funcionaba como un remplazo de su cabeza original.
Gracias a la cabeza calabaza tenía un disfraz improvisado, que había decidido utilizar para ser la calabaza robótica que le entrega dulces a los niños que llegaban a la casa de Gavin para pedir dulces.
–¡Dulce o truco! – decían el último niño de la noche, uno que iba vestido de fantasma usando una sábana blanca con dos agujeros para los ojos. Entonces el androide le entregó el último dulce de la noche, justo como si hubiera Sido guardado para el niño.
Después de que el niño le hubiera se hubiera retirado, Gavin se dispuso a formular la pregunta de la noche.
–¿Dulce o truco? – pregunta el detective al androide con su enorme sonrisa, pero entonces el androide no sabe que hacer, ya no hay más dulces para darle a Gavin.
El androide hace un esfuerzo para explicarle a Gavin que ya no quedan más dulces, rezando para que el malhumorado detective no se moleste.
Entonces Gavin le hace un pequeño truco al androide, agarra la cabeza original del androide, la pone frente a él, y le da un suave beso en la frente.
El androide se sorprende, su cabeza se tiñe de rojo y sigue a un feliz Gavin hacia su casa. Una noche más de Halloween que pasarán juntos después de haber entregado todos los dulces que tenían.
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