𝐆𝐀𝐌𝐄.𝐎𝐕𝐄𝐑❞ Freddy Fazbear × Fem!Reader

𝟎𝟏

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“ Señorita ____, me alegra verla de nuevo.” Hablo con encantó el jefe, la nombrada tomó asiento al ver el gesto de mano. “ ¿Se encuentra bien? Tiene morado en el ojo izquierdo.”

La preocupación del hombre alarmó a la femenina, lo que hizo que soltara una pequeña risa nerviosa, en forma de vergüenza acarició su mentón viendo a su jefe.

“ Bueno, antes de irme tuve que revisar las habitaciones de la pizzería y digamos que choqué con algo, no pude ver exactamente que era.” respondió, el hombre algo desconfiado creyó un poco en sus palabras.

“ Esta bien. Mike aún quiere seguir en el turno día, no te molestará tener el turno noche unas semanas más, ¿verdad? ” habló revisando los papeles, cuenta tras cuentas. “ Si no, le diré que no puedes y cambió turno.”

“ No, no, claro que puedo.” interrumpió, claro, antes tuvo que dejar que continuará hasta que pudiera interrumpir. “ No me molesta en absoluto, ne esta gustando el turno noche.”

Ante aquélla confección los ojos del señor se abrieron, él sabía perfectamente el peligro que ocurría a la noche, ya que aquellos androides eran muy agresivos por alguna razón. Al reaccionar, soltó un suspiró de preocupación pero sin mostrarlo, apilo las cuentas y lo acomodó golpeándolo contra el escritorio.

“ Bien, entonces la veré más tarde señorita.” sonrió con gentileza, con una suave voz.

“ Nos vemos señor, que tenga buen día.”

La oficina se quedó en silenció, la muchacha ya no estaba en la oficina lo que hizo que el jefe sintiera algo de curiosidad, se levantó y en un cajón dejó la pila de papeles.

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La puerta se abrió, las luces se encendieron y los jadeos en la habitación se escuchaban en toda la sala de estar, la femenina de cabello _____ frunció la mirada al asomarse al pasillo y ver a su novio con otra. Inhalando y exhalando fue directo al baño, se desarmó el peinado y caminó en silencio hacía otra habitación, al ver la pequeña cama de una plaza se acostó y cerró sus párpados.

“ Otro día igual que ayer… ” soltó un pesado suspiró, su corazón dolía y mucho.

Tapando sus oídos con la almohada se volteó viendo a la pared, apretó más sus ojos haciendo que el ardor que sentía en ese instante liberarán su lágrimas; mojando la almohada.

Dicen que llorar hace que te duermas rápido, eso es lo que paso con ella, sin darse cuenta se durmió con las ya secas lágrimas. Esos segundos de sueño eran horas, horas que lastimosamente tenía que terminar, se despertó con la atardecer reflejándose en la ventana y con unos gritos.

“ ¡Despierta mujer!” exclamó, los golpes eran cada vez más fuerte.

Ella asustada se levantó, caminó con miedo a la puerta y lo abrió dejando que sus ojos chocarán con el cuerpo desnudó de su novio, o eso creé ella.

“ Lo siento, me quedé dormida.” con la cabeza mirando el piso, respondió.

“ Si no quieres que te muhele a golpe vete a cocinar.” levantó la mano, en forma de amenaza. “ ¡AHORA!”

Ella nuevamente comenzó a llorar, lo rodeó y se dirigió a la cocina, al ver su habitación seguían la mujer dormida. Mientras ella seguía cocinando las horas pasaban más rápido, al casi terminar su cintura fueron rodeados por las manos de él, ella se tensó pero siguió aunque sintiera el asqueroso aliento en su cuello.

“ A-Aquí tienes.” sirvió el plato. “ Cariño…”

“ Gracias linda. ” la volteó con fuerza, ella hizo su cabeza para atrás pero fue bruscamente sujetada. “Amo esa decoración en tu ojo.” la beso, ella repugnada se dejó. “Te gusto el beso, tengo que admitirlo que la vagina de esa puta sabe perfecto.”

Soltó una suave risa, ella asqueada y con náuseas corrió directo al baño, agarrando el cepillo y la pasta de dientes.

“ Asco, asco, asco.” cada movimiento era más fuerte, abrió la tapa del baño y comenzó a vomitar.

El sabor del vómito se mezclaba con la pasta de diente, ella temblaba de repugnancia y miedo, miedo de que él pudiera pegarle algún tipo de infección; ya que la mayor parte de sus día suele violarla.

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  Las luces se encendieron, la pizzería aún estaba siendo limpiada por los trabajadores, ella colgó su mochila en uno de los clavos y salió de la oficina.

“ Veamos, tengo que revisar que todas las puertas estén cerradas.” se dirigió a cada puerta excepto a la entrada principal, asegurando de que estuvieran seguro. “ Perfecto.”

Encontró al baño de damas, se miró por el espejo y notó su piel más pálida de lo normal, su ojo aún seguía morado y seguirá un tiempo ahí. Los porteros avisaron de su retirada, ella se volvió a colocar el gorro y su camisa, se puso el abrigó y salió hacían un gestó con la mano.

“ Finalmente sola…” suspiró saliendo del pasillo, miró la hora y faltaba media para la media noche.

Con pasos que provocaban sonido, se sentó en la mesas infantiles y vió a cada uno de los androides, hasta que se asustó por la música que provenía del Pirate Cover. Estuvo así por unos minutos hasta que escucho una voces, ella se levantó siguiendo el sonido de las voces, al acercarse al escenario quedó frente al castaño de orejas.

“ ¿Por qué siempre las voces provienen de aquí?” levantó la mirada, analizando al castaño.

Retrocedió unos cuantos pasos en reversa, miró detalladamente a los tres y sin alguna señal, se volteó para irse a su oficina. Al caminar en el pasillo volteó por instinto su mirada, notando a un pequeño niño de ojos completamente oscuro, sintió escalofrío y el ambiente tensó; incluso podía ver su respiración en el aire.

“ Niño… Ven acércate, no te haré daño. ” ella en suaves pasos se acercó pero el niño retrocedió, desapareciendo en el acto.

El ambiente cambió, no se sentía tan tensó como antes ni tampoco se sentía frío era una temperatura regular, ella entró a la oficina y se sentó, se asomó junto con el asiento a la puerta con la esperanza de ver al niño pero nada, solo oscuridad.

“ Se tratara de ese famoso caso… ” puso su mano en el mentón. “ Supongo que sí, hay que ser demasiado idiota para no darse cuenta…”

En un intento de pensar su mente se alarmó, ella escuchó unos golpeteos y voces miro por las cámaras y pudo ver a los tres parado en el pasillo izquierdo, miro la camara del escenario y tampoco estaba el otro. Se levantó de la silla, cerrando la puerta cada vez que lo escuchaba cerca, ahora su mayor preocupación era el castaño, Mike le advirtió sobré él y tampoco era sencillo evitarlo.

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