𝐑𝐄𝐄𝐍𝐂𝐀𝐑𝐍𝐀𝐑 𝐂𝐎𝐌𝐎 𝐌𝐈𝐊𝐀𝐄𝐋⎮❝Lo mejor de la vida es la vida misma.❞
☺︎︎「 𝐄𝐍 𝐃𝐎́𝐍𝐃𝐄 」── Lydia muere en un accidente de avión y es transferida al cuerpo de Mikael Mikaelson un personaje de ficción. Al tener una nueva oportunidad...
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N. OMNISCIENTE
Los meses fueron pasando rápido para el gusto de Mikael y las cosas también cambiaron mucho.
Realmente mucho...
Mikael había pasado en los últimos meses conversando más con Ayana de muchas cosas diferentes.
Se llevaba bien con la bruja Bennett, aparte de ser una buena amiga era como su psicóloga personal.
Otras cosas que también habían cambiado era su relación con Esther. Ya no se llevaba bien con Esther como antes, está había cambiado mucho y para mal.
Mikael no entendió porque cambió tanto de un día para el otro.
Al parecer en toda historia tenía que haber una bruja mala y Esther era esa bruja en la vida de Mikael y los niños y eso no iba a cambiar.
Varias peleas habían pasado entre Mikael y Esther en los últimos meses.
Todo era más tenso cuando ambos estaban en un mismo lugar.
Para los niños ese compartimiento no había pasado desapercibido ni siquiera para Henrik quién era el menor de todos ellos.
Lo que más le preocupaba a ellos era que su padre se fuera y los dejara. Ellos sabían que si eso pasaba sería muy devastador para todos ellos.
Esther y Mikael ni siquiera dormían ya en la misma habitación para suerte de Mikael el cuál no soportaba a Esther ni a su nueva actitud.
Al parecer a Esther ya no le estaba gustando que Mikael se comportará tan bien con los niños, ahora ellos querían más Mikael que a ella y eso no le gustaba nada.
Esther quería que Mikael fuera como antes, que tratará mal a los niños y que fuera ella la buena.
Mikael había hablado con Ayana sobre eso, la bruja Bennett le había dicho que algunas cosas no podían cambiar incluso si él trataba de cambiarlas.
Esas palabras de Ayana habían preocupado bastante a Mikael, ya que no quería que Henrik muriera.
Quería evitar su muerte a toda costa sin importar las consecuencias.
[...]
Mikael se removió en su cama al sentir un dedo punzar en su mejilla varias veces.
─ Henrik, deja que el padre descanse ─ dijo una voz en pequeños susurros.
Henrik no dejaba de tocar la mejilla de su padre con la punta de su dedo.
