Mudarse a una nueva escuela generalmente trae consigo nuevas experiencias extrañas, aunque no eres el único que siente cosas "nuevas". Después de un encuentro casual con el excepcionalmente "promedio" Saiki Kusuo, te has convertido en el centro de s...
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Inscribirse en una academia durante su último año es un poco extraño. Tienes que lidiar con los grupos de amigos ya establecidos, la familiaridad entre profesores y estudiantes, y la etiqueta inminente de 'chica nuevo' que influye en cada una de tus interacciones.
Te paraste en las puertas de la Academia PK, mirando hacia el edificio verde mundano con sus muchas ventanas grises, y luego mirando tu estereotípico uniforme verde. Se acarició algunas arrugas que se quedaron en su camisa y miró hacia el cielo, respirando para tener más confianza. Finalmente, después de calmar tus nervios, diste un paso hacia tu nueva escuela, con la esperanza de evitar cualquier cosa rara tanto como fuera posible.
Pero, parece que solo aparece en tu cara. Literalmente. Chocas contra la espalda de alguien que de repente está parado frente a ti, haciéndolo dar un respingo. Definitivamente no estaba allí hace un segundo, o de lo contrario hubieras esperado o pasado alrededor de él. Diste un paso atrás y miraste tu obstáculo accidental.
"Ah, lo siento..." dices, encontrándote con la mirada de un hombre de cabello rosado. Sus ojos verdes desinteresados te estudiaron detrás de sus lentes verdes.
Dios mío, ¿podrías mirar por dónde vas? Qué difícil es evitar a alguien cuando está parado. Mantuvo su mirada en ti todo el tiempo que habló, la mirada en sus ojos te hizo sentir una extraña energía acumulándose en tu pecho.
"Cierto, sí, supongo que mi cabeza está por todos lados". Asentiste y fuiste a pasar junto a él, pero él te tendió el brazo.
Un atropello y fuga, ¿eh? ¿Ni siquiera quieres saber mi nombre? Él sonrió. Te burlaste, el humor era lo que necesitabas en este momento. Siempre ayuda a que las situaciones extrañas se sientan más normales, más naturales. Eso te gustó, y parecía que él podía darse cuenta.
"Por supuesto, ¿cómo podría ser tan grosero?" bromeaste. Te presentaste a ti mismo y cómo eras un nuevo estudiante de último año en PK Academy, luego le tendiste la mano.
Inclinó la cabeza hacia un lado, con una sonrisa divertida todavía en su rostro, Kusuo Saiki, un estudiante de último año no tan nuevo en la Academia PK. Te estrechó la mano. La forma en que te miró te hizo sentir mareado por alguna razón, pero realmente no podías precisar por qué. Te diste la vuelta, sintiendo un ligero rubor extenderse por tu rostro.
"Je, tal vez no debería haber sido tan detallado con un estudiante existente".
Está bien, lo dejaré pasar ya que eres tan nuevo.
"Gracias, Saiki." Le sonreíste. Su aliento se entrecorta muy levemente, pero decidiste olvidarlo.
Te despediste con la mano, apartándote de Saiki que aún estaba de pie y entrando al edificio. Miraste tu horario y tomaste nota mental de tu clase: año tres, clase... espera, ¿siempre fue la clase tres en tu horario? Podrías haber jurado que era una clase diferente cuando lo miraste anoche.
