𝓢𝔀𝓪𝔂 𝔀𝓲𝓽𝓱 𝓶𝓮... || (Adrinette)

🌹♢𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐔́𝐧𝐢𝐜𝐨♢🌹

La noche había caído en la ciudad de París, con un hermoso iluminado haciendolo ver muy llamativo.

Aquella noche era muy especial, ya que, hoy se presentaba uno de los shows más esperados y posiblemente inigualable, nadie y más aparte de gente elegante, se lo perdería.

Por un lado, una azabache de ojos azulados estaba en el asiento de una limusina mirando a través de la ventana, con las piernas cruzadas, con el brazo recargado y teniendo una mirada sería y concentrada.

—Ehhhh, ¿Mari?- dice Alya.

Esta aún se encuentra en un estado absorto.

—¿Marinette?...- responde de nuevo alargando su nombre con cansancio.

Seguia sin responder.

—¡MARINETTE!- grita haciendo que la azabache se asustara y exaltara.

—¡¡Alya!!, ¡no grites así!, ¡podrias dar un infarto a cualquiera!-dice alterada.

—Ay porfavor, no es para tanto, además, era la única manera de que reaccionaras porque al parecer te quedaste viendo muy detalladamente por la ventana.

—Si, bueno, era en lo que llegábamos, aparte tu dijiste que durante el camino estarias terminando algo de tu blog.-menciona cuando los brazos y sonriendo.

—Ok, eso es verdad, pero hace un rato te he estado hablando que dijeras de que opinabas acerca de la sorpresa que te hice por tu Cumpleaños- dice acomodandose los lentes por el puente de la nariz.

— Oh, era eso, ya te dije que me había encantado millones de veces desde que me lo dijiste- responde con una pequeña risa.

— Pues, no pareces muy convencida- dijo seria.

— No, solo...-suspira-es solo que, no me esperaba este tipo de regalo...

— ¿Lo dices en forma de que crees que es un poco anticuado?

—¿Que?, ¡No, no! Claro que no Alya- dijo negando nerviosamente con las dos manos- a lo que me refiero es nunca creí ir a unos de los restaurantes más antiguos y famosos como cumpleaños... -mencionó soltando una risita al final.

—Oh vamos, ya cumpliste 24 años, creo que ya es un regalo "apto" si es que lo puedo llamar así.

— ¿Apto?-dijo con una cara divertida y a la vez que soltaba una risita- Dios Alya, enserio que de verdad te amo amiga.

— Bueno, ¿A quién esperabas?, sabes que siempre lo seré; en fin, pero mira un lado bueno, al menos estamos en una limusina, así que, por lo tanto y teniendo creo la única oportunidad, deberías de sentirte como a una princesa.

— Y la verdad es que sí, cuando vi la limusina afuera de mi casa, pensé que se habían equivocado de dirección.

— Si, perdón por no decirte que iba a recogerte en una, es solo que quería darte tu primera sorpresa.

— Y vaya que me la has dado, casi me daba un infarto cuando te vi dentro de ella.

— Dios, la cara que hiciste era digna de una buena fotografía.

— Ay por Dios, Alya, por suerte no fue así-dijo en un tono cantarin.

— Y lo maldigo- dijo indignada quien no pasó desapercibida por la ojiazul.

— Bueno, como sea, lo que también me llevo preguntando es que quien fue el que te dio la limusina para que nos llevará.

— ¿Enserio hasta ahora lo cuestionas?, pero, para matar tu curiosidad, fue el amigo de Nino quien nos lo dio.