•ℰ𝓃 ℯ𝒹𝒾𝒸𝒾ℴ́𝓃!•
El rubio y el peliverde ya llevan un buen tiempo de relación. Pero el mayor; Bakugo Katsuki, quiere casarse con el menor; Izuku Midoriya.
Con la ayuda del Baku-squad va a tener que probar todas las formas de proponerle matrimon...
Llevaban tres años de relación y más de una vez Bakugo pensó en pedirle matrimonio a Izuku, pero habían tantas situaciones que no encontraba como decírselo.
Y ahí estaba de nuevo, en la cama acostado con una gran frustración, tanta, que había tirado todas las almohadas al piso.
Seguramente tendría que recogerlas después ya que, Midoriya y él vivían juntos desde hace un año. Cuando los dos fueron mayores de edad decidieron ir a vivir juntos, sus padres estaban en total desacuerdo, pero decidieron darles una oportunidad para ver como les iba.
En ese momento Izuku estaba en la universidad recogiendo algunas cosas de una tarea. Este era el último semestre y tenían que dar lo mejor de sí para lograr graduarse.
Aunque Bakugo no tenía clases, así que se propuso él mismo a pensar una manera en decir su propuesta de matrimonio.
Esto definitivamente no será fácil... Necesitaba ayuda.
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Hoy era un nuevo día, el cenizo no logró pensar muy bien el día anterior que podría hacer, había llegado Deku y tuvo que hacer la cena, así que decidió dejarlo para otro día, este día.
Como cualquier día de clases, Bakugo estaba en la universidad caminando para llegar al salón, pero alguien puso su brazo en su cuello, evitando que siga caminando. Ese era Kirishima resplandeciente con su sonrisa de tiburón.
-¡Hola Baku-bro! -Exclamó, para después bostezar. –¿Cómo la pasaste ayer?
-De la mierda. -Dijo molesto.
-Ya veo...-Le dio una palmada en el hombro. -Yo me la pasé increíble, salí con Kaminari a jugar en el arcade.
Bakugo rodó los ojos, no tenía tiempo para esto.
Después de un corto trayecto que para el rubio parecía una eternidad, llegaron al salón uno al lado del otro.
El de ojos carmesí se sentó en espera del profesor. Ya casi todos los alumnos estaban ahí, pero eso era lo que menos le importaba.
Atrás de él estaba Uraraka hablando con Deku, el cenizo se estiró hacia atrás con la silla para poder escuchar mejor, no es como si el fuera un chismoso... Simplemente tenía curiosidad.
- ¿Entonces? –Preguntó la castaña.
-No sé, la verdad si amo a Kachan, pero siento que me está ocultando algo. -Bajó la mirada triste.
-Mm.-Se quedó pensando Uraraka. - ¿Qué te hace pensar eso Deku-kun?
-Bueno... La otra vez que estábamos en la casa, él quería decirme algo, pero terminó hablando de que se estaba sintiendo mal. -Dijo moviendo las manos, explicando. –Y ayer estaba acostado en el sofá, aunque cuando llegue al cuarto las almohadas estaban en el piso, le pregunte que pasaba, se puso nervioso y no me dijo nada...
"Mierda, se me había olvidado recoger las almohadas"
-Y hay muchas más, pero no sé qué es.
-Oh... Lo que me quieres decir es que, ¿Piensas que te está engañando?-Dijo preocupada la castaña, sacando varias conclusiones en su mente.
Él chico de ojos verdes no pudo contestar porque se escuchó un ruido fuerte de repente, y todos los que estaban ahí voltearon hacía dónde provenía el sonido.
Era el rubio que se había caído al suelo con todo y mesa encima, se había echado demasiado para atrás y no pudo evitar maldecir en voz baja.
Denki casi inmediatamente empezó a reír a carcajadas, acompañado de Kirishima, pero este menos ruidoso.
- ¡DE QUE CARAJOS SE RIEN MALDITOS! –El de ojos carmesí se levantó furioso del suelo.
Ellos inmediatamente se taparon la boca.
-No nada... –Hablaron los dos a punto de volver a estallar.
Bakugo parecía como si soltara explosiones de sí mismo, iba a ir a por ellos sin importarle después ir a dirección, todos sabían que el tenía un poquito de paciencia.
- ¿Kachan, estas bien? –Se le acercó Izuku preocupado, tratando que no pase a mayores la situación. –Te dije muchas veces que no te inclinaras tanto...
-Disculpa...-Dijo susurrando para que los demás no lo escucharan.
El de ojos esmeralda le dio una cálida sonrisa y le ayudó a levantar la silla, mientras él otro levantaba la mesa.
Midoriya se quedó hablando con Bakugo hasta que llego el profesor, tratando de tranquilizarlo. A Ochako no le importó, ella sabía el temperamento del cenizo.
Denki y Kirishima le agradecían internamente a Izuku por su gesto, si no en estos momentos estarían en la enfermería...
A pesar de todo, el día transcurrió normal, varias veces en el día el de ojos esmeralda estaba junto al rubio, almorzando, descansando y también algunas en clases, lo normal.
Varios envidiaban su relación en buen sentido y otros los odiaban a morir; "¿Cómo es que ellos dos puedes estar juntos?" "Ni siquiera son uno para el otro" "Apuesto a que Bakugo manipula a Midoriya para estar con el" Ese tipo de comentarios rondaban en la UA, pero ninguno de ellos dos le prestaba atención a tal cosa.
Había algo que Bakugo andaba pensando mucho y era pedirle ayuda a los "extras" de sus amigos con el asunto que lo tenía bastante inquieto.
-¡Pelos de mierda! Ven aquí. -Exclamó hacia Kirishima.
Como si fuera en automático al llegar enfrente de el cenizo, habló.
-Baku-bro, lamento mucho haberme reído de ti cuando te caíste. -Dijo rápidamente Kirishima.
-No es eso idiota. -Rodó los ojos, suspirando. -Necesito que llames al el alíen rosa y al pikachu para algo.
- Ah... Me habías asustado.-Se rió suavemente.- Está bien.
Ejiro llamó a sus otros dos amigos para que después el de ojos carmesí los llevara al patio de la UA, donde descansaban los estudiantes.
-Bien, ¿para qué nos necesitas? -Dijo Mina.
-Necesito que me... -Se detuvo Bakugo un momento. -Ayuden. -Dijo casi con un hilo de voz.
- ¿Qué? -Preguntó el pelirrojo.
-So. -Dijo Denki.
-Rra. -Terminó de decir Mina.
- ¡BUENO YA! -Gritó Bakugo. -Solamente quiero que me ayuden a proponerle matrimonio a Deku. -Soltó sin más irritado.
- ¿Le vas a pedir a Midoriya matrimonio? -Exclamó feliz Mina.
-Si...-Miró para otro lado.
Mentiría si dijera que no estaba avergonzado de hacer tal petición.
- ¡Está bien! Nosotros te ayudamos bro. -Sonrió feliz Kirishima.
-Si. -Le siguió Kaminari.
-Solo necesito que me digan formas para poder decírselo. -Advirtió Bakugo. - ¡Nada más!
