fleurs ༶⁠ | Larry Stylinson

°El Espartano°

El pequeño príncipe de Esparta paseaba por los jardines de su palacio, estaba un poco pensativo.

Anteriormente tenía cierto pretendiente muy insistente, que ahora ya había desistido.

Extrañaba pasear con su buen amigo Céfiro pero más extrañaba escuchar cantar a ese dios de bellos cabellos rizados, ojos color esmeralda y relajante voz.

¿Estaba enamorándose del dios de las artes?
¿O simplemente era un amigo al igual que Céfiro?
Por Zeus, era tan complicado todo.

Siguió caminando con los pensamientos desbordando de su mente hasta que escuchó una suave melodía, eso llamó su atención.

Siguió buscando el sonido hasta llegar al pequeño estanque de su jardín, allí se encontraba el dios que tanto le hacía suspirar.

Harry se encontraba con su lira, tocándola con tranquilidad, el mortal se acercó despacio para no interrumpir su concierto.

"Hola Louis" habló el dios, de espaldas.

El principe se regañó internamente por ser tan ruidoso.

"Hola" susurró con timidez.

El dios del sol se dió la vuelta, quedando frente a frente con el mortal.

"Se me ha dado por venir, espero mi visita no te haya interrumpido en algún labor tuyo" confesó el rizado.

"¡Oh! No, para nada, solamente paseaba por aquí, realmente te extrañé dios del Sol"

La luz que normalmente llevaba dentro el dios, se encendió más con esas palabras, podía confirmar ahora que se estaba enamorando profundamente de Louis, de ese pequeño príncipe que le sacaba tantas sonrisas, cómo nadie lo había hecho, ni siquiera su hermana.

"Al igual que yo hermoso Louis, todas las noches te he pensado, extrañando tu belleza inalcanzable" respondió el dios.

El castaño se sonrojó inmediatamente al escuchar el halago.

Fundiéndose en la melodía del instrumento perteneciente a la deidad, ambos jóvenes apreciaban su presencia, sus aromas, el latir de sus acelerados corazones y sus almas unirse con cada nota.

El atardecer se hacía presente y el mortal tendría que regresar a su hogar, pero en ese momento, para Louis, su hogar era Harry.

Despreocupado decidió hablar.

"Se me ha hecho tarde mi dios, tengo que regresar, papá estará enfadado si no lo hago"

"Te dejo ir pequeño sol, pidiendo verte otra vez mañana para enseñarte a jugar con el disco y así pasar una amena tarde, al igual que hoy, por qué con tu presencia me regocijas el alma"

Louis podía jurar que el corazón se le salía del pecho, no podía dudar más, con todo lo que pasaba confirmaba que estaba enamorado del dios y era mutuo, esperaba hablarlo con el.

"Sería un honor para mí que un hijo del mismo Zeus me enseñe un pasatiempo tan bello como el lanzamiento de disco" confesó.

"Para mí es un honor contemplarte principe, entonces te veré en la tarde, ¿Qué harás en la mañana?" Cuestionó la divinidad con interés.

"Tenía pensado salir a pasear con Céfiro, me ha insistido mucho, así que acepté, espero que eso no te moleste"

"No hay problema, pero cuídate, quiero que estés bien para mí, no querría que estés cansado, por favor"

El tierno Louis solo asintió, no podía poner excusas para su amigo, había insistido demasiado y no podía hacerle un desaire.

"Adiós luz de mi alma, esperaré con ansias nuestro encuentro " se despidió Harry dejando un suave beso en los suaves labios del otro.

El joven principe se vió sorprendido con dicha acción pero dejó que su dios tomara el sabor de sus labios, apreciando también los carnosos labios de su amante.

𝄞❃

La diosa de la caza observaba llegar a su hermano con una sonrisa que deslumbraba hasta la más oscura cueva.

"¿Puedo preguntar por qué la cara de felicidad?" Cuestionó.

El dios del Sol río ante su pregunta y la abrazó.

"No es nada hermana, es solo que me he enamorado, Eros me pilló desprevenido"

Gemma sonrió burlona a lo dicho, con el corazón feliz de que su hermano encontrara por fin el amor.
Ella al ser una diosa eternamente virgen, no se podía dar esos gustos, pero estaba bien así.

"Y bien ¿Quién es la afortunada?" Preguntó la diosa.

"Es un él, ¿Recuerdas que comenté que me había encontrado con cierto príncipe que se fué haciendo mi amigo?"

"Vale, es el Espartano con el que salias a pasear por esos campos, que ahora resulta te ha atrapado en cuerpo y alma"

"Lo ha hecho hermana, no puedo explicar este amor, al parecer, Eros me ha disparado con todas sus flechas" suspiró su mellizo.

"¿Haz usado tu poder de adivinación para ver si tienes futuro con él?" Le preguntó con preocupación.

"No es así como funciona Gemma, no puedo usarlo para mí beneficio y además no quiero vivir con miedo al futuro" exclamó el rizado.

La diosa virgen dejó de insistir, quería la felicidad de su compañero de sangre.
Pero ya tenía a quien consultar, sería una tarea fácil cuestionar sobre su destino a las dueñas de este, Las Moiras.