🚬𔘓 ¦ Capítulo 14

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Lentamente las pestañas de Jimin se batieron y abrió los ojos, lo rodeó una blancura digna de un hospital y la luz logró cegarlo por unos segundos

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Lentamente las pestañas de Jimin se batieron y abrió los ojos, lo rodeó una blancura digna de un hospital y la luz logró cegarlo por unos segundos. Sintió sus brazos cargando con el suero y otras sustancias que desconocía, notó las vendas alrededor de su torso y algunas suturas en el rostro.
 
Su mente lo llevó de vuelta a esas últimas dos semanas en las que pasó días siendo torturado por diversión, horas en las que no hacía más que llamar el nombre de Jungkook, como si el corredor fuera a escucharlo. Su vida había cambiado en tan poco tiempo, pasó de ser un empresario a ser un prisionero, y aunque eso sonara todo horrible pudo rescatar pequeñas cosas como haber conocido a BTS y también el hecho de que su amistad con Hoseok se había vuelto más fuerte.
 
Rió con lágrimas en los ojos las cuales se deslizaron por sus mejillas cuando sus ojos se achinaron al reir, se sentía aliviado como nadie se imaginaba, aunque esa sensación no duró mucho pues su cerebro volvió a introducirle la preocupación inminente por el líder de los corredores. Nuevamente las lágrimas salieron y con ellas sollozos. Había abandonado a Jungkook, esa era la verdad, su cuerpo inútil había decidido apagarse justo en el momento menos indicado.
 
Decidido e ignorando su dolor se paró de la camilla solo para ser devuelto a ella por un par de manos.
 
―Apenas despiertas y ya quieres hacer locuras, Park Jimin ―la voz de Hoseok sonó en la habitación cuando el chico entró luego de Mars, que lo tenía sujeto a la cama suavemente.
 
Verlo a Hoseok hizo que una mueca se formara en su cara y estirara los brazos para recibir el abrazo que su mejor amigo no le negó. Ambos chicos se sumieron en un lío de sollozos, sonrisas y manos que intentaban asegurarse de que el otro estaba realmente allí. Mars los miraba alejado unos pasos feliz de verlos reencontrarse luego de pasar por cosas tan difíciles y desconocidas para ellos.
 
La puerta volvió a abrirse y esta vez Jaw, Min, Golden y G fueron los que entraron en inmediatamente fueron a abrazarse con los demás. Jimin pudo respirar tranquilo al verlos a todos sanos y salvos.
 
―Te ves para la mierda, Minnie ―le dijo Min haciendo reir a los otros chicos y yendo directo a abrazar al herido.
 
Todos conversaron por unos minutos, poniéndose al día, preguntandole al menor como se sentía.
 
―¿Y Kook?―preguntó alejandose de Hoseok que estaba hablándole, al ver que nadie le respondia volvió a hablar pero esta vez su voz ya temblaba―Díganme, ¿Dónde está Jungkook? ¿Está bien?

Jaw lo miró con la cabeza inclinada hacia un costado, sin entender.
 
―¿Te golpeaste mucho la cabeza?―el menor le habló suavemente.
 
Jimin pasó su mirada a los demás y palideció al verlos igual de confundidos, ¿acaso había preguntado algo malo?
 
―Vamos chicos, puedo soportarlo―aseguró―Solo díganme cómo está y prometo descansar, ¿si?
 
Hoseok le acarició la cabeza y sonrió de lado, esa sonrisa no le gustó para nada al rubio.
 
―Jimin, ¿quién es Jungkook?―cuestionó el moreno ―No paras de preguntar por él.
 
Park frunció el ceño y rio secamente pegandole en el brazo a su mejor amigo.
 
―Hobi no es el momento de hacer bromas―miró al mayor de BTS―Dime tú por favor, Mars, sé que sabes como está ¡eres su mejor amigo después de todo!
 
El silencio reinó en la habitación y Jimin tembló. Su mente solo repetía el nombre del corredor, quería verlo, quería sentirlo entre sus brazos, quería pasar sus dedos por los cabellos largos, ansiaba verlo sonreír y que le dijera dulzura.
 
―Jimin...―comenzó Mars pero el menor ya negaba con la cabeza y reía frenéticamente―No existe ningún Jungkook entre nosotros. Somos una banda llamada BTS y yo soy el líder, ¿lo recuerdas verdad? Venías de tu casa al ensayo cuando un hombre en auto te atropelló, sufriste un accidente, Jims.
 
―¡Cállate!―le gritó Park y tapó sus oídos con sus manos―No es verdad lo que dices, ¡Jungkook si existe! Es tu mejor amigo, el primo de Jaw...
 
Suspiró temblorosamente y las lágrimas resbalaban por sus mejillas, era una pesadilla.
 
―Es mi pareja―sollozó―¡Es mi todo! ¿Es que acaso no pueden recordarlo? ¡No estoy loco!
 
Las miradas de pena hicieron que su sangre hirviera. Jungkook si existía y si sus amigos no lo ayudaban entonces él iría a buscarlo. Le importó poco el suero y que el piso estuviera frío en el momento en que se sacó las intravenosas y saltó de la camilla empujando a todos en el camino.
 
Sus pies corrieron por los pasillos del hospital, no sabía donde iba o por dónde estaba la salida, solo quería verlo. Los demás miembros salieron detrás de él gritando su nombre y calmando a las enfermeras que querían darle un sedante. Jimin giró en un pasillo y siguió corriendo, la bata ondeando en el aire, sus ojos ya veian poco por las lágrimas molestas que lo cubrían.

Su mente intentó convencerlo de que era una broma de mal gusto pero rápidamente lo descartó pues no creía que sus amigos fueran así de insensibles con él. Aceleró el paso hasta llegar a la última habitación del hospital, la 1117. Había preguntado a los gritos si conocían a un paciente llamado Jeon Jungkook pero nadie pudo decirle nada. Lentamente abrió la puerta y encontró la habitación vacía, un ventanal adornaba la pared dando a la ciudad.
 
Sus rodillas fallaron y su cuerpo se desplomó, sus ojos lloraban y sentía que el oxígeno no pasaba a sus pulmones. Seguía negando que su mayor no existiera, todo lo vivido había sido real, todos sus besos, sus toques, los días en la Ciudadela. Se posicionó en bolita sobre el frío suelo y continuó sollozando, recordó la sonrisa cuando corrieron juntos por segunda vez, rememoró esa salida al techo del edificio con un par de cervezas y música.
 
¿Nada había sido real?
 
Escuchó la puerta abrirse pero no hizo caso a quién le hablaba, pudo ver unos zapatos blancos y asumió que era una enfermera.
 
Minutos luego sintió el pinchazo en su cuello.
 
Cayendo lentamente en la oscuridad pensó en Jungkook, él fue su último pensamiento antes de caer sedado.

   Cayendo lentamente en la oscuridad pensó en Jungkook, él fue su último pensamiento antes de caer sedado

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Holiis jejeje, eso es todo por el capítulo de hoy. Espero os guste y nos vemos mañana. Gracias por todo y se despide:

–almin♡

Gasoline and fire ♡ KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora