Chico Raro - Markhyuck

08 - 2020

— ¿Cicatrices? —quiso confirmar y el pelinegro asintió por lo que algo sorprendido prosiguió— ¿Le harán algo en casa?

Ante esa posibilidad miraron a Haechan.

— No lo creo, parece que vive solo. —dijo Jisung—. Aunque, parecía un poco confundido cuando lo llevamos a su casa la primera vez. —hizo una pequeña mueca de confusión, había mucha gente rara en el mundo, pero suponía que todos tenían sus motivos—. Aún así, parece que sólo es tímido, ¿Quizá fue secuestrado cuando era pequeño o lo maltrataban cuando era niño?

— No lo sé, pero de verdad que es muy raro. —Mark se cruzó de brazos, soltando un suspiro después.

Tal vez le preocupaba.

¿Y si de verdad sufría algún tipo de violencia por uno de sus padres o familiares? ¿Y si quería ayuda? ¿Y si lo estaban vigilando? Tenía tantas preguntas, si era una situación de violencia no podía dejarlo pasar tan fácilmente, menos cuando tenía tanta curiosidad por el menor aunque no sabía porqué.

— Vamos Mark, dijo que no necesitaba más tu ayuda y que no te metieras en tus asuntos, déjalo. —mencionó SungChan antes de levantarse para caminar detrás de sus amigos, quienes al parecer ya habían olvidado el tema.

Jisung, quien había notado a Mark distraído por lo que parecía ser, el tema de Haechan, se acercó a él y palmeó suavemente su espalda, captando su atención y sonriéndole cuando lo miró.

— Debes relajarte, te recuerdo que es norcoreano. —el pelinegro frunció su ceño.

— ¿Tan cruel será Corea del Norte? —dirigió su vista al frente.

No eran de mente cerrada para despreciar a un norcoreano, Haechan no había pedido estar allá ni tener familia norcoreana. Gracias a lo que su mejor amigo dijo, todo tuvo sentido, por eso no sabía cómo utilizar la computadora o el celular, o por eso era tan tímido, estaba acostumbrado a los tratos de allá que el de Chenle no era algo diferente.

De igual forma Mark no era alguien tan empático (por no decir que es orgulloso) para acercarse a Haechan y preguntarle si todo iba bien.

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"Estudio"

Haechan abrió la puerta con cuidado, viendo el interior después; había una computadora sobre un escritorio con base de cristal y cajones a sus costados color negro, del lado izquierdo una guitarra puesta en un soporte y del lado derecho un teclado (piano).

— Así que así se ve un estudio... —se adentró en la habitación hasta llegar a la computadora, la cual acarició con sus dedos—. Bien, espero haber aprendido algo.

Tomo asiento preparado, no podía retrasarse más así que tenía que poner en práctica todo lo que había leído.

Pasaron los minutos y las horas, había hecho lo que ya había leído del libro y por suerte se dio cuenta que entendió al menos la mayoría, y decía mayoría porque durante veinte minutos estuvo peleando con el mouse ya que no funcionaba, luego se dio cuenta que necesitaba estar sobre la superficie para funcionar.

No dudó en emocionarse, ¿De verdad lo logró? Claro que aún le faltaban páginas, muchas páginas, pero saber abrir una página web donde encontrarás todo era genial.

¿Era genial?

— ¿Quizás...?

"Segunda Guerra Mundial."

Tardó en escribir pero tardó muchísimo más en darle click a buscar. ¿Realmente quería hacerlo? "¿Por qué?" Se cuestionó. Finalmente, al cabo de unos minutos le dio a buscar.